Sáenz Peña. Monseñor Hugo Nicolás Barbaro, Obispo de San Roque, celebró al Misa más importante del año en la Catedral. Durante la ceremonia pidió a la Virgen Santísma, madre de Cristo, que acompañe a quienes sufren los las inundaciones en Chaco.
La celebración, en la que se bendijo el fuego y se encendió el Cirio Pascual que es símbolo de Cristo Resucitado, se inició a las 19:30 y se extendió hasta casi las 22. El Obispo Barbaro durante la petición de los fieles imploró a Dios, y especialmente a la Virgen María que asista espiritualmente a quienes por las inclemencias del tiempo y las precipitaciones están sufriendo, «muchos hermanos lo han perdido todo, debemos rezar mucho para acompañarlos y que no decaigan en su fe en el Señor», dijo.
El Menesaje Pascual de Monseñor
Queridos sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles. Se acerca la Solemnidad de la Resurrección del Señor. En su designio amoroso Dios nos ha ayudado con su Gracia a prepararnos para la celebración de estos grandes misterios de nuestra fe: la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, Dios hecho Hombre.
Pido al Señor que estas celebraciones intensifiquen nuestra unión con Dios. El cristianismo es el seguimiento de una Persona: Cristo. Encontrarlo y unirnos más a Él nos llena de alegría, y se siente la necesidad de comunicar a otros ese gozo y esa paz que vienen de Cristo. Muchas personas lo buscan aún sin saberlo, porque buscan a quien dé sentido y plenitud a su existencia, y ese es Jesucristo.
La Resurrección de Cristo es fuente de esperanza para el mundo. Quien sigue a Cristo lo lleva a la familia y a las estructuras de la sociedad, y por tanto ayuda a que se impregnen de bien y de verdad, de justicia y de la paz, de servicio y de comprensión, y de tantas otras disposiciones humanas buenas. Con la ayuda de Dios podemos aportar desde nuestro lugar a transformar el mundo en algo mejor.
El próximo 28 de abril serán beatificados en La Rioja los mártires Enrique Ángel Angelelli Carletti, obispo; Gabriel Longueville, sacerdote diocesano; Carlos de Dios Murias, religioso; y Wenceslao Pedernera, padre de familia.
Se trata de un obispo, de dos sacerdotes y de un laico, que la Iglesia señala para su veneración; quiere destacar el testimonio de sus vidas y ponerlos de ejemplo heroico en el seguimiento de Cristo. Nos invita además a acudir a ellos como intercesores. Los futuros mártires han compartidos nuestras luchas en distintas circunstancias de la vida, han dejado todo siguiendo a Cristo, han procurado caminar tras los pasos de Jesús y mostrarlo a los demás.
Impulsados y sostenidos heroicamente por la caridad ofrecieron sus vidas al Señor. Expresan una imitación verdadera, completa y ejemplar de Cristo que los hace merecedores de la admiración que los fieles suelen reservar a quienes han aceptado voluntariamente el martirio de sangre o han vivido heroicamente la caridad (cfr. Motu Proprio Maiorem hac dilectionem, 11 de julio de 2017).
Ruego a Nuestro Padre del Cielo que por intercesión de los próximos beatos llene nuestros corazones de un amor a Dios que se refleje en el amor y en el servicio a los demás. Así, en nuestras circunstancias concretas, sabremos vivir y testimoniar -heroicamente si hiciera falta- la vida y las enseñanzas de Cristo, sembrando siempre caridad que es amor, y defensa de la justicia y de la paz.
Los nuevos beatos nos movilizan a vivir con mayor fervor nuestra vocación cristiana y misionera,siendo promotores de familias santas y de una sociedad en la que reine la Paz de Cristo. Dios quiere contar con nosotros para que el mundo sea mejor.
Sé que en cada comunidad compartirán el agradecimiento y la alegría de la beatificación delos mártires riojanos, riqueza grande para la Iglesia que peregrina en Argentina.
La Virgen Santísima a quienes los próximos beatos rezaron con tanto amor, sea siempre nuestra guía. Pidámosle por quienes pasan por especiales sufrimientos humanos, de escasez materiales; también por las muchas víctimas de inundaciones, por tantas necesidades en nuestra Patria.
Les deseo a todos una muy Feliz Pascua y les envió mi bendición