22 noviembre, 2024

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Para Mongeló, el 2 X1 termina siendo «un inmenso retroceso institucional»

Sáenz Peña. El dirigente peronista chaqueño, José Mongeló, uno de los primeros en creer en Néstor y Cristina, legislador nacional en esos tiempos, señaló que es «doloroso, y hasta impensado de volver a vivir situaciones de tan gravedad institucional y de decadencia moral y política en nuestra Patria».

El dirigente de Creciemiento, sector interno del Partido Justicialista Chauqeño, mencionó que «el período de Gobierno que iniciaba el 25 de mayo del 2003 el Presidente Néstor Kirchner con el impulso del pueblo argentino traducía una triple crisis que había implosionado en el 2001: Crisis de gestión, crisis de participación y crisis de legitimidad».

«Estuvimos al borde de la guerra civil y no es una exageración. Había que recuperar la credibilidad de una democracia que se había transformado en procedimental, y esta revalorización de la democracia se logra con políticas cuyo sustento son las convicciones. La política el 25 de mayo del 2003 entró a la Casa Rosada luego de años donde la economía y la especulación financiera estaban por sobre la política y las instituciones democráticas, o sea por sobre la voluntad popular y los factores de poderes internos y externos que gobernaban a través de personeros», sostuvo el dirigente.

Mongeló mencionó que «uno de los problemas centrales consistía en el desprestigio del Poder Judicial y de la Corte Suprema de Justicia. Los jueces de la servilleta y la corte adicta al poder eran la matriz, paradójicamente siempre se acusa al Peronismo de generar déficit republicano». «Ya en 1946, el Presidente Juan Perón renovó la Corte Suprema de Justicia que había sentado el mal precedente de reconocer al General Uriburu el día 7 de setiembre de 1930, al día del golpe, con el agravante que el presidente era un ex presidente de la Nación, el abogado de los ferrocarriles ingleses , el conservador Figueroa Alcorta. Nada es casualidad, todo es causalidad», dijo.

El actual director del Banco del Chaco también recreó: «Ya en junio de 2003 , Néstor Kirchner denuncia en cadena nacional la extorsión que los jueces de la mayoría automática del menemismo, quienes estaban ejerciendo sobre el nuevo gobierno. Esto provoca una fuerte renovación de los miembros del máximo cuerpo de justicia de la Nación. Firma un decreto para auto limitarse en la designación de los nuevos jueces de la Corte Suprema de Justicia, realizando el anuncio con constitucionalistas, representantes de asociaciones de profesionales y organizaciones del mundo del derecho y del ámbito judicial, hecho altamente destacado y reconocido frente a la crisis moral, ética, política, y social que reinaba en esos momentos terminales». «Es decir el nuevo Presidente Néstor Kirchner producía una profunda renovación en la Corte Suprema de Justicia, auto limitándose y con un mecanismo participativo sin precedentes», agregó.

Recordó Mogeló que «también en el año 2004, la Cámara de Diputados y de Senadores de la Nación, impulsados por el Peronismo que gobernaba la República Argentina ,sanciona la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, acciones que tuve el alto honor y orgullo de votar como Diputado Nacional del Chaco y también en una renovación histórica de la justicia reparadora frente a crímenes de lesa humanidad, elevándose a rango constitucional la Convencion de la ONU sobre imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y lesa humanidad. Estas fueron señales concretas hacia la justicia para lo que luego ocurrió, declarar la inconstitucionalidad de las leyes del perdón».

El dirigente político, que fuera diputado nacional en los períodos 2003-2007 y 2011-2015, señaló que «el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia por mayoría simple que avala conmutar la pena de los genocidas bajo la derogada ley del 2 por 1, constituye no solo un retroceso tremendo, sino una inmensa señal de impunidad para delitos aberrantes, ocurridos en el pasado e incluso en el presente, Asimismo, una tergiversación feroz en materia política de derechos humanos. El fallo es una aberración jurídica ya que no se puede equiparar los crímenes de lesa humanidad, que no prescriben en el tiempo, con los delitos comunes, lo que demuestra el grado de compromiso de los jueces con los oscuros personajes condenados por delitos aberrantes».

«Esto no creo que sea casualidad, responde a fuertes acuerdos del poder político representado por el presidente Macri con los factores de poder ocultos del tenebroso pasado , dejando de lado todas las conquistas en materia de derechos humanos que tanto le ha costado al pueblo argentino», dijo Mongeló, y agregó que «esta cacheteada de la Corte Suprema al pueblo argentino retrotrayéndonos a las peores épocas significa claramente un rumbo predeterminado que no creo que termine aquí lamentablemente».

Finalmente sostuvo que «es una contrarreforma constitucional de hecho y es un mensaje insultante a la sociedad y a la comunidad internacional, que está ávida de humanidad, la Argentina vacía de humanidad a los crímenes de lesa humanidad. Doloroso, y hasta impensado de volver a vivir situaciones de tan gravedad institucional y de decadencia moral y política en nuestra Patria».

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