Itati, Corrientes. Culminó ayer la 40º peregrinación juvenil del Nea con la participación de decenas de miles de fieles que se congregaron en la Basílica de Itatí.
Motivados por la devoción a la Virgen María, la grey católica del Nea renovó su fe en esa ciudad correntina, distante a 92 kilómetros de Resistencia.
El obispo de Formosa, José Conejero Gallego, dio la homilía en la que dio un mensaje de fe y esperanza dirigido especialmente a los jóvenes. También hizo referencia a los vaivenes de la historia argentina y del rol de los devotos para las personas que atraviesan la pobreza.
“20 años no es nada, pero 40 años son algo más. Lo cierto es que hoy de nuevo hemos vuelto y estamos aquí con los cabellos plateados, pero no con la frente marchita”, introdujo en su mensaje.
“Durante este largo periodo de nuestra historia, hemos vivido situaciones socio-políticas y religiosas muy variadas: dictadura militar, guerra de las Malvinas, democracias corruptas e ideologizadas”, dijo Conejero, pero en contraste también existe “una mayor conciencia de la dignidad humana y una mayor necesidad de convivenvia común y universal entre los pueblos. En fin, luces y sombras”.
“Nos esforzaremos y comprometemos a renunciar a nuestro egoísmo e individualismo”, señaló, a lo que agregó que “vale la pena, intentar ser santos y austeros, entregar la propia vida por los demás, especialmente, por los más pobres y sufrientes. Asimismo, trabajar por la paz y la justicia, y cuidar la Casa Común, hoy amenazada, por la ambición y la avaricia”.