Sáenz Peña. Aún sin confirmarse el primero de los casos, que sucedió ayer, algunas farmacias ya habían vendido alrededor de 500 en el último mes. Llamativamente los supermercados empezaron a fraccionar la venta de agua lavandina.
La sicosis generada por el avance de la nueva pandemia, que disparo toda clases de medidas de seguridad en algunas ciudades del país, donde la población se volcó de manera masiva a la compra de estos elementos de higiene y seguridad como el caso de barbijos.
Algunas de las farmacias de la ciudad colocaron carteles indicando a los clientes la falta de stock de barbijos. «Los pocos que tenían se vendieron todos», aseguran.
Otra situación que llama la atención es la actitud especulativa de los dueños de comercios, minimercados, despensas y fundamentalmente los supermercados, quienes retiraron de las góndolas las botellas de agua lavandina. Primero fraccionan la venta, y segundo aumentaron el precio. Una especulación sin controles, algo habitual en la practica de los comerciantes.
