Sáenz Peña. Parece que la intervención de un grupo dedicado exclusivamente a la vigilancia no da resultados, y por ello se tuvo que recurrir nuevamente a fuerzas de seguridad.
En el lugar los elementos más robados dejaron de ser las placas, floreros, y crucifijos, por el material con que se fabrican, ahora también el robo llega a puertas y hasta las fotos de los difuntos.
La Subsecretaría de Prevención Ciudadana del Municipio a cargo de Daniel Falón hace tiempo ha dispuesto un sistema de vigilancia exclusivo para el Cementerio, ante el reclamo de los mismos trabajadores del lugar que pedían más acompañamiento. Y para esa tarea el ex comisario nombro a un familiar directo suyo, creando así el grupo de Servicio de Vigilancia y Seguridad a cargo de Gisela Falcón, que dependiente de la Dirección de Convivencia Vecinal cargo que también ocupa otro familiar de Falcón, en este caso su esposa.
Más allá de un sistema de recorridas, vigilantes portoneros y guardias, el grupo creado ha servido simplemente para constatar que los robos siguen ocurriendo. Y por ello es que debieron recurrir a la intervención e la Policía de la Provincia e incluso Gendarmería para diezmar el accionar delictivo siempre vigente.
Recientemente el área conducida por Falcón concretó un informe numérico para resaltar los recuperos concretados de objetos sustraídos, pero los datos también sirven para reflejar el acto índice de delictivo existente en el Cementerio local. Y en definitiva si se recupera es porque alguien roba, y si alguien logra robar es porque no se cuida bien. Sentido común, digamos.
El número es: 175 placas de bronce, 23 puertas de aluminio y vidrio de los nichos. Y se destaca que en muchos caso se tuvo que contar con la intervención de efectivos de Policía del Chaco y hasta con Gendarmería Nacional.
El informe enviado a los medios por el área de Falcón indica que en ocasiones se encuentran con que placas, floreros, crucifijos y hasta puertas de panteón, suelen hallarse como “preparadas” cerca del muro perimetral, para ser retiradas por alguien. Entonces, es muy evidente que el recupero de elementos es pura coincidencia y muchas veces fortuito, y que el trabajo de «vigilancia y seguridad» está presentando fallas notorias.
En el escrito también «se hace notar que el personal ha recibido bastante reconocimiento por circunstancias similares ocurridas, logrando reducir drásticamente delitos y contravenciones en el Cementerio Municipal San Juan XXIII», aunque la realidad indique otra cosa.