Corrientes. El ornamento litúrgico, que es signo de comunión con el Papa y de servicio pastoral, fue impuesto ante la presencia de varios Obispos durante la fiesta de la Virgen de La Merced.
En el marco de la fiesta de Nuestra Señora de la Merced, Patrona Jurada de la ciudad de Corrientes, la comunidad vivió el 24 de septiembre un acontecimiento de gracia: el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, impuso el palio arzobispal a monseñor José Adolfo Larregain OFM.
Participaron de la ceremonia el arzobispo de Resistencia, monseñor Ramón Dus; el obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín; el obispo de Santo Tomé, monseñor Gustavo Montini; sacerdotes del clero arquidiocesano, representantes de la comunidad y autoridades civiles.
Tras explicar el significado del palio arzobispal como signo de comunión con el Papa y de servicio pastoral, monseñor Adamczyk destacó que «amar a María como nuestra Madre supone sentirnos unidos en la gran familia, que es la Iglesia».
«Es ella la que nos repite siempre: ‘Hagan lo que Él les diga’. Ella no sólo lo dice, sino que también fue la primera discípula de su Hijo, y nos muestra cómo ser buena cristiana o buen cristiano», recordó.
«Es una excelente ocasión para presentarles los mejores deseos: que María de la Misericordia le pida a su Hijo, nuestro Señor, les conceda muchas gracias terrenales y celestiales de paz, salud y prosperidad. Que Dios bendiga esta Arquidiócesis y toda la Argentina», concluyó.
Monseñor Larregain no pudo viajar al Vaticano para recibir el palio, que se entrega tradicionalmente en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, por parte del Papa. Sí participaron otros dos arzobispos argentinos, monseñor Gustavo Carrara, de La Plata; y monseñor Raúl Martín, electo de Paraná.