Quitilipi. Tras la caótica sesión extraordinaria de este jueves, finalmente malograda, el cuerpo municipal aceptó seguir la discusión sobre la continuidad del intendente Carlos Casalboni la próxima semana.
La sesión tuvo de todo menos orden. El objetivo era decidir si suspender o destituir al jefe comunal hasta que se aclarasen las denuncias sobre presunta malversación de fondos públicos, pero por como se dieron las cosas, en ningún momento estuvieron en el mismo salón los acusadores y el acusado.
Pero la última palabra la tuvo “la popu”. Desde la víspera, vecinos de la localidad formaron “facciones” a favor y en contra de Casalboni. Quienes lo apoyaban llegaron incluso a cortar la ruta nacional 16 pidiendo por su continuidad y denunciando un golpe institucional; los que estaban en contra se hicieron visibles desde la tarde de este jueves frente a la sala de sesiones.
La reunión debía empezar a las 20:00 pero la presión del público que pugnaba por ingresar produjo un verdadero revuelo. Vecinos dentro y fuera del recinto obligaron a los ediles a resolver desalojar el lugar para poder sesionar. El problema es que tardaron tanto en decidirse (alrededor de una hora, mientras Casalboni esperaba en un rincón) que el pediatra perdió la paciencia, labró un acta dejando sentada su posición y se retiró del lugar, según precisó el periodista Horacio Fernández, presente en el lugar.
Si bien los concejales continuaron sesionando, aceptaron la presentación de Casalboni (en manos de su asesora legal) que no convalidaba el procedimiento empleado por los ediles (emitieron una resolución durante un cuarto intermedio y fuera del recinto) y resolvieron por 8 votos a 1 tomar sus dichos como descargo y abrir un cuarto intermedio hasta el próximo martes a las 10 de a mañana.