Sáenz Peña. María Clavero, la propietaria, confirmó que tras 37 años se mudan al Club Social. El motivo sería verse imposibilitada de afrontar los abultados compromisos inmobiliarios.
Luego de haberse constituido en un ícono de Sáenz Peña, la tradicional confitería Saravá deja el local que durante más de tres décadas y media ocupó en la esquina de calles 12 y 11, en pleno microcentro de la ciudad, y desde el 21 de febrero se instalará en el Club Social.
En el primer semestre de 1981, más precisamente en julio nacía a la vida social la confitería “Saravá” en un lugar emblemático: la esquina de calles San Martín y 25 de Mayo.
El lugar de encuentro por excelencia, como si fuese el espacio de la casa donde uno lleva a quien desea hacerle pasar un momento cómodo, a gusto y distendido.
Su mentor y propietario fue Víctor Clavero, aunque al tiempo pasó la posta a su hermana María, quien se mantiene hasta la actualidad.
Sus mesas fueron testigo de interminables debates, risas y discrepancias. Horas de análisis de la realidad argentina y mundial, las infaltables opiniones de fútbol, los piropos y las miradas indiscretas. El lugar de cita de aquellas parejas que empezaban a mostrarse como tal en sociedad, como oficializando su relación ante los ojos de una Sáenz Peña muy particular.
Saravá, o “buena fortuna” según el significado que se le atribuye en Brasil, debe trasladarse ante el ahogo financiero que implica mantenerse allí con costos sumamente elevados.
Desde el jueves 21 de febrero su nueva casa será el Club Social, de calle Saavedra (3) y Mariano Moreno (14), donde seguirán las tertulias de los habituales e históricos clientes que lo han llevado a posicionarse entre los sitios emblemáticos de la segunda ciudad del Chaco, resistiéndose a que la adversidad le dé el golpe de gracia.
“Me voy con mucho dolor”
La dueña de Saravá, María Clavero, no ocultó su emoción por dejar un lugar que ya quedó en la historia de Sáenz Peña. “Me voy de acá con mucho dolor, fueron muchos años” sostuvo ante la visita de la prensa, aunque a la par se mostró optimista porque “más que clientes tenemos amigos que van a seguir teniendo el lugar de siempre”.
Sobre el origen del nombre recordó que “cuando mi hermano Víctor fue a Brasil le llamó la atención la palabra Saravá, que significa buena fortuna, y entonces decidió ponerle ese nombre. En un determinado momento él no pudo seguir y nos vendió a nosotros”, rememoró.
Al hacer referencia a la decisión de trasladarse de lugar fue concreta al sostener que “es una cuestión estrictamente económica. No podemos seguir afrontando los altos costos del alquiler de este local” dijo, aunque a la vez agradeció a Inmobiliaria Trabalón “porque siempre tuvo consideración y respeto hacia nosotros, nos dieron una gran mano”.
En los casi 38 años de vigencia, Saravá recibió a ilustres visitantes que llegaron a la ciudad para cumplir distintas funciones. Así pasaron, entre otros, políticos y artistas como Pachano, Daniel Altamirano, Gian Franco Pagliaro, Guillermo Novellis del grupo La Mosca, la “Tigresa” Acuña, Víctor Laplace y varios elencos teatrales y deportistas.