Sáenz Peña. Durante toda la jornada de ayer la feligresía católica de la ciudad termal celebró el día de su Santo Patrono, San Roque, que culminó con la tradicional procesión y misa.
Cada 16 de Agosto Sáenz Peñá se viste de fiesta para celebrar el Día de su Patrono y cumplir una variada agenda de actividades que dieron inicio el pasado 7 de agosto con la novena en honor al santo patrono.
Rezo del Santo Rosario, bendición de móviles que trasladan a enfermos, bicicleteada, misa de los promeseros, fueron algunas de las actividades que se cumplieron ésta mañana en la Catedral San Roque de Sáenz Peña.
Al mediodía un centenar de perros acompañados de sus dueños recibieron la bendición de San Roque en el patio de la iglesia. En el medio hubo una celebración religiosa para todos los abuelos, posteriormente se les sirvió un refrigerio.
En horas de la tarde se llevó cabo la tradicional procesión con la imagen del santo Patrono por las calles de la ciudad para luego proceder a la celebración de la Santa Misa que fue presidida por el Obispo de la Diócesis Hugo Barbaro.
Estuvieron presentes autoridades policiales de la ciudad, el presidente del Concejo Municipal Pedro egea, el Secretario de Gobierno de la Municipalidad Bruno Cipolini y el Diputado Ricardo Sánchez.
En su homilía en honor a San Roque, monseñor Barbaro hizo una breve reseña de la vida del santo, las vicisitudes que tuvo que atravesar desde muy joven como fue la muerte de sus padres y a partir de allí su acercamiento al camino de Dios.
Recordó el Obispo al recapitular sobre la vida de san Roque que “es una situación dura, lo que hizo fue orar, se conectó con Dios y nosotros en toda situación dura, o menos dura tenemos que acercarnos a Dios”.
Pidió que “cada uno desde su lugar como trabajador, como padres, estudiantes, cada uno en su profesión tienen que buscar las luz de Dios para ir por el camino que Dios quiere para nosotros”.
El Obispo de Sáenz Peña durante su mensaje llamó a la comunidad “dejar de lado los caprichos que a veces tenemos, los apegos que hace que nos olvidemos de los demás y también de Dios”.
En la homilía, dijo que “había que purificarse de todas las cosas, de las avaricias, de las pasiones desordenadas y encontrar al hombre renovado que practica la benevolencia, la humildad, la paciencia”.
Por último señaló que “hay que estar atentos a las llamadas a servir, en la familia, a los padres, a los hijos, a los abuelos a los nietos, para comprenden, acompañar. A veces lo que nos falta son ojos para ver y descubrir que Cristo nos está llamando en esa persona que tenemos cerca. Qué lindo seria que cada uno de nosotros pensando en San Roque para que nadie sienta alrededor de cada uno la amargura de la indiferencia que podría darse, no solo en la familia sino en todos lados. Tenemos que hacernos cargo de la necesidad del otro”, sostuvo Barbaro.