Sáenz Peña. El dirigente menciona que la Alta Casa de Estudios dio lugar a la incorporación del lenguaje inclusivo a textos académicos violando estatutos.
Nallip A. Salomón, Director en Consultores Asociados, envió el texto reflexivo y crítico que a continuación reproducimos a nuestra redacción:
En su sesión de 31 de octubre de 2019, el Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) aprobó un proyecto resolutivo que habilita la incorporación del lenguaje inclusivo a cualquier texto académico.
Esta noticia podría pasar desapercibida, si no fuese por la importancia que tiene en el proceso de destrucción de nuestro lenguaje.
Desde el punto de vista legal, la Facultad de Humanidades viola el Estatuto de la UNNE, que taxativamente expresa en su art. 1: “…Tiene por fin primordial la generación y comunicación de conocimientos del más alto nivel…” y en su art. 2: “…La Universidad Nacional del Nordeste desarrolla su misión con absoluta prescindencia en materia ideológica, política, religiosa y sin discriminación de orden racial, religiosa, de nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos…”
En este caso, no puede considerarse el lenguaje inclusivo como “comunicación de alto nivel”, y además la Facultad de Humanidades, al adoptar el lenguaje inclusivo, se enrola definitivamente en una definida posición ideológica.
Es tanta la soberbia de los cultores de la ideología de género, que niegan la existencia de otra forma de pensar, y pretenden imponer la suya con el argumento de “ser inclusivos”. Más aún, no consideran que la imposición que pretenden hacer al resto de la Comunidad, sea ideológica.
La unidad de una Nación se da por diferentes factores. Uno de ellos es el idioma.
La diversidad consiste en reconocer y respetar los idiomas que se hablan en el territorio nacional, además del castellano.
Pero de ningún modo puede aceptarse la destrucción del idioma, bajo pretexto de una ideología de género.
El verdadero problema es entonces, ideológico.
Desde hace mucho tiempo, nuestro país ha sufrido el embate de ideologías de izquierda y de derecha. Ambas materialistas en el modo de organizar la comunidad.
Se basan ambas en el contrato social, la izquierda, con su objetivo declarado de “distribución igualitaria de bienes materiales”, y no declarado de la destrucción de las bases morales para facilitar la dominación de una élite, y la derecha con su objetivo declarado de “adquisición en libertad de bienes materiales”, y no declarado de la destrucción de las bases morales para facilitar la dominación de una élite.
Con el lenguaje inclusivo se da el caso que tanto la izquierda, como la derecha trabajan en un mismo sentido.
Podría definirse ideológicamente al IDIOTA ÚTIL como la persona que es usada por otra u otras más inteligentes, creyendo imponer sus ideas, sin ser consiente que con sus acciones, destruyen en los hechos las supuestas libertades o igualdades que pretende imponer.
Identificar quién juega ese rol, si la izquierda o la derecha, es tarea que excede este texto, por lo que dejo ese análisis a ustedes.
En nuestra querida Nación Argentina, hasta ahora prima como forma de organizar la comunidad, el respeto a principios y valores que forjaron nuestra nacionalidad. Éstos son los principios y valores Humanistas y Cristianos.
Es decir una armonía entre bienes materiales y espirituales, que permite como objetivo final la realización de las personas en una comunidad que se realiza como comunidad.
En síntesis: La Felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Patria.
Y esta forma de pensar se ubica ideológicamente en un plano superior a la izquierda y la derecha puramente materialistas.
La ideología de género es un ataque feroz contra esos principios y valores.
Desde un lado del espectro ideológico, fundamentan esta ideología en la supuesta “igualdad” de géneros.
No existe igualdad de género. Existe la igualdad de derechos de los géneros.
Desde el otro lado del espectro, el fin es más oculto, y aún más perverso: pretenden la destrucción de la base ética y moral de la Nación, para ejercer un dominio sobre ella mediante la violencia del dinero.
Esta destrucción de principios y valores hace que el pueblo acepte sacrificios e indignidades, que de otro modo no sería lógico que aceptase.
La izquierda y la derecha, desde hace décadas pretenden destruir nuestro sistema Argentino de Principios y Valores.
Todavía no lo consiguieron.