25 abril, 2024

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La venta de restos humanos en el Cementerio desata polémica y exige responsables

Sáenz Peña. Que alguien compre restos óseos es porque existe quien vende, y si hay vendedor es porque alguien permite que las tumbas sean profanadas. Una aberración que pone a prueba al Gobierno para determinar si hay responsabilidades en la conducción política del «Campo Santo» tras la detención de dos personas con dos bolsas arpilleras con huesos.

Las quejas y las dudas siempre existieron. Las críticas fueron innumerables y se acrecentaron con la novel Carrera de Medicina. Varios vecinos, algunos con marcada particularidad, inundaron las redes sociales con quejas por lo que sucede a diario en el Cementerio San Juan XXIII, y ahora se corrobora el robo los restos humanos y toma fuerza las quejas de vecinos que apuntaban a quien tienen responsabilidades en el lugar.

Efectivos policiales de la Comisaria Cuarta lograron identificar a dos personas que estarían involucradas en la supuesta venta de restos óseos humanos que fueron sustraídos del Cementerio local, lo que por otra parte confirma la falta de control de las autoridades del Campo Santo, responsabilidad que hoy recae en un gremialista municipal.

Se logró la identificación de dos personas relacionadas con este hecho se produjo luego que un vecino de la ciudad cuya madre está sepultada en el Cementerio de Sáenz Peña, denunció la sustracción de restos óseos de su madre. De averiguaciones practicadas en el lugar efectivos de la Comisaria Cuarta tomaron conocimiento que una persona estaría comprando tales restos, y que se trasladaba en automóvil.

Con las características del rodado aportadas se logró interceptar el paso en calle 37 entre 36 y 34 del barrio Puerta del Sol, de un automóvil CHEVROLET AGILE, gris, conducido por un joven de 27 años identificado como J.L.D, docente, con domicilio en el Barrio Puerta del Sol, el cual tenía en su poder dos bolsas arpilleras, las que contenían restos óseos humanos. }

El docente dijo a la policía que las bolsas las compro a pedido de su hermano menor que estudia medicina, y que hace cuatros meses a la fecha contacto a una tal “FISU”, albañil del cementerio cuestión, quien le vendió una bolsa, y hoy otra, dado que los restos de la primera se hallaban muy descompuestos.

Se procedió a la conducción de E.D. L alias “Fisu” de 33 años supuesto vendedor de los restos óseos. El fiscal dispuso que al albañil se le notifique la imputación del delito en libertad a ambas persona.

La gran pregunta es quién es el responsable de controlar que estas cosas no sucedan y por qué hay quienes ingresan al Cementario como si se pasearan por su casa a cualquier hora? Varias veces por hubo quejas de vecinos que apuntaban a quien dirige el lugar por a falta de control. Hay connivencia para que estos hechos ocurran? Habrá una investigaación administrativa y se hará pública? La profanación es un delito grave.

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