5 octubre, 2024

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Las caras contradictorias de la Cabalgata

Sáenz Peña. La muestra de fe donde se peregrina de a caballo tuvo su edición 2024, y ésta coincidió con la UCR de nuevo en el poder. Parece un dato simplemente, pero, más allá que la peregrinación se ahondó en la gente en estos 27 años, se puede apreciar que tiene varias facetas: la del peregrino, la del gaucho, la de la gente que aprovecha la entremezcla con lo popular, y la de los políticos.

«Yo soy farmacéutico, y vengo a agradecer al doctor Pantaleón», dijo un peregrino que llegaba de Charata. «Nosotros llegamos hasta el Parque, pero no pudimos llegar hasta la imagen, vamos a ir otro día, pero la promesa de cabalgar cumplimos», mencionó emocionado un peón de campo de la zona de El Paraisal.

Ese es el sentimiento del peregrino, es decir de aquel viajero que, por devoción o por voto, visita un santuario o algún lugar considerado sagrado.

Pero la Cabalgata chaqueña es también, al decir de las autoridades provinciales, un sentir de argentinidad, «por ese sentido profundo del amor a nuestra tradición» (SIC). Entonces uno ve al gaucho con sus pilchas más vistosas, chaleco, camisa rustica y liviana, bombacha, cinturón con una faja de lana tejida y un ancho cinturón de cuero adornado a veces con monedas, rebenque o talero, el poncho, y el facón, hasta los caballos usan aperos especialmente confeccionados dejando constancia que son su fiel compañero. Lo gauchezco es un paréntesis en la Cabalgata: música, petacas, cervezas, alegría, mucha alegría.

La gente que aprovecha la entremezcla con lo popular, con lo festivalero, es otra faceta que va en paralelo a la peregrinación de fe. Familias enteras que llegan al descanso de noche conocido como El 50 con sillones, mesitas, conservadoras y muchas veces hasta el asado para hacer en algún lugarcito donde se puedan acomodar. El motivo de sumarse es ver los espectáculos artísticos que desfilan sobre un escenario imponente montado.

Y finalmente, la otra faceta es la de los políticos. Es un paréntesis dentro de la Cabalgata. En tiempos de Rozas y Nikisch el Gobierno provincial «bancaba» todo, y todo es «todo». Durante los Gobierno de Capitanich, Peppo, y Capitanich nuevamente, el Estado chaqueño garantizó la seguridad mediante la policía, la asistencia de médicos y ambulancias, y el acompañamiento sanitario a los caballos que peregrinaban. Pero nada más. Entonces municipios administrados por el Radicalismo tuvieron que «financiar» lo popular, es decir los vivido en El 50 y en el Parque donde un imponente escenario recibe al nada barato show del chaqueño Palavecino. Y este año, con un nuevo Gobierno radical otra vez respiraron las arcas municipales y el Estado chaqueño volvió a «bancar todo».

La Cabalgata de los políticos fue una fiesta aparte, lejos de «la plebe».  Carpa ubicada en lugar exclusivo (el patio de la escuela), acceso restringido solo permitido con la exposición de un precinto (tipo tarjeta o pase exclusivo), mesas vestidas, sillas, cubiertos, copas, vino, asado, servicio de mozos, escenario con números artísticos exclusivos. Algún que otro funcionario o invitado especial luciendo un boina, o un chaleco de marca cara, etc. Mientras la gente, el pueblo, el peregrino, el gaucho, en la zona de la rotonda frente al escenario veía el espectáculo y tomaba un fernetcito o improvisaba una jarra con una caja de tetra cortada. ¿Por qué no un gazebo donde las autoridades compartan la fiesta popular con la gente? «Vi que usaban precintos, se vendía la tarjeta para la cena con las autoridades», fue la pregunta, y la respuesta fue: «no, fue invitación». ¿Será que las agrupaciones tradicionalistas pusieron la plata para armar ese lugar exclusivo, o Juan Pueblo pagó con la de todos para que disfruten y se auto alaben unos pocos?

¿Y Pantaleón? Ah, claro, la fiesta era en honor al mártir cristiano, que fue médico como su padre, sanador y protector de las tormentas.

En 27 años no se supo mejorar la Cabalgata en cuanto a lo organizativo. No todo pasa por cada año inflar la cifra de jinetes que participan (este año el ojo del político dijo 17 mil), ni por exportar extra límites provinciales las imágenes desde un dron de El 50 o la llegada al Parque donde está la imagen del Santo.

Más allá de la bendición inicial, de la misa en El 50 a la llegada de la tarde, o la misa central en el Parque provincial, no se ve mucha devoción a las imágenes del Santo, o algún rezo que acompañe en el camino. Seguro los habrá habido, habrán sido los menos. Pero los políticos que, incluso hacen un show de pocos metros para sacarse fotos sobre un caballo, o llegan para la cena en la carpa oficial saludando como populistas, tal vez ni sepan como rezarle a Pantaleón.

Les ahorramos la tarea, les dejamos aquí la oración:

«Oh glorioso San Pantaleón, fiel seguidor de Cristo y ejemplo de caridad, tú que con tu vida y tu martirio demostraste el inmenso amor de Dios por los enfermos y necesitados. Te ruego humildemente que intercedas ante el Señor por mí y por todos los que sufren en cuerpo y alma. Concede, oh santo, la gracia de la salud, la fortaleza para soportar el dolor y la esperanza en la divina misericordia. Te pido que lleves mis súplicas a los pies del Todopoderoso, para que por tu valiosa intercesión pueda yo ser sanado y bendecido. Amén.»

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