25 noviembre, 2024

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Llegó el 2018: “Un año con malas expectativas”

Por Raúl Kollmann (*)

El gobierno termina el año con una preocupante caída en las expectativas: siete de cada diez argentinos ven mal la situación económica del país y casi seis de cada diez también evalúan como negativo el panorama en su propio hogar.

A esto se agrega que la mirada sobre las cuestiones más decisivas son pesimistas, incluso más pesimistas que hace un año y muchísimo más pesimistas que al principio de la gestión de Mauricio Macri. Sólo un 25 por ciento de los ciudadanos cree que vendrán inversiones, más de la mitad asegura que la inflación va a empeorar y que también será negativa la evolución de los salarios, el desempleo y la inseguridad.

El mal clima con el gobierno pegó un fuerte salto con la reforma previsional, es decir el golpe a los jubilados. Eso hizo crecer el descreimiento y llevó al propio presidente a tener números negativos en su evaluación. Los que opinan mal o muy mal del primer mandatario superan con amplitud a los que opinan bien o muy bien.

Las conclusiones surgen de una amplísima encuesta nacional, realizada en exclusivo para PáginaI12 por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), la consultora que lidera el sociólogo Roberto Bacman. En total se entrevistaron, telefónicamente, 1828 personas de todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico social. Este diario y el CEOP realizan la encuesta de fin de año desde hace casi una década.

Salarios e ingresos en 2018
“Este fue un año muy particular – analiza Bacman – donde se llevaron a cabo elecciones legislativas de medio término. Y con el triunfo como su principal logro, los funcionarios del oficialismo tomaron la decisión de aprovechar la victoria para instalar un nuevo ajuste y al mismo tiempo las reformas en el ámbito previsional, laboral, impositivo y fiscal. La secuencia es conocida: nuevo aumento de tarifas de servicios públicos, combustibles, transporte y corrida del dólar. Todo esto le generó un contexto adverso en la opinión pública y lo cierto es que el gobierno está pagando un altísimo costo por estas nuevas políticas de ajustes y reformas. Tras los incidentes y la aprobación de la nueva Ley Previsional, una encuesta publicada una semana atrás por PáginaI12 reveló que la imagen positiva del presidente cayó nueve puntos”.

En este diciembre, hay un 70,6 por ciento que ve mal la economía del país y un 57,4 por ciento que ve en forma pesimista la situación en su hogar. Eso dio lugar a que Bacman realice un cruce más que interesante entre los dos parámetros. Así definió cuatro franjas:

Beneficiados
Representan al 30.2 por ciento de la muestra y son los que poseen una evaluación positiva en ambas variables (nacional y personal).
Optimistas, sólo el cinco por ciento. Ven bien la economía del país, aunque es negativa su situación personal.
Pesimistas, redondean un 13,2 por ciento. Al país no lo evalúan tan bien; a ellos sí. Aún tienen una aprobación de gestión del gobierno por encima del promedio general.

Perjudicados
Es el segmento con mayor peso porcentual: 51,7 por ciento. Visualizan todo mal, tanto la economía del país como su economía personal. La aprobación del gobierno de Cambiemos es realmente muy baja (apenas 13 por ciento opinan bien o muy bien) y se convierten en los más críticos, con principal anclaje en la economía. Sin dudas, el crecimiento de este segmento es el principal peligro que la actual gestión debe afrontar en el futuro. Es el segmento potencialmente más refractario si la economía no mejora. Pero, además, vuelve a poner sobre la mesa el concepto de que la administración Macri beneficia especialmente a los ricos y a la clase media alta, dejando en una situación difícil a la mayoría.

Situación económica
Ya está dicho que la esperanza es lo último que se pierde. Ahí está el peligro que afronta la Casa Rosada este fin de año: cayeron mucho las esperanzas. No está la percepción, como hace dos años, de que vendrán inversiones, por ejemplo. La caída es abrupta. En diciembre de 2015 el 56,6 por ciento de los argentinos eran optimistas en cuanto a la llegada de inversiones.

En diciembre de 2016 los optimistas cayeron a 27,9 y en este diciembre volvieron a caer a un nivel bajísimo: 25,4 por ciento. Se trata de un número muy negativo para un gobierno cuyo eje central de comunicación es transmitir que se pasa por momentos de ajuste pero que luego vendrán las inversiones.

La misma importancia tiene la cuestión del empleo. El 51 por ciento de los consultados dice que la posibilidad de conseguir trabajo va a empeorar en 2018 y algo similar sucede con la inflación (54 por ciento afirma que va a empeorar). En paralelo, el escepticismo abarca a la inseguridad y a los conflictos sociales. En ambas cuestiones la mayoría de los ciudadanos sostienen que en 2018 la perspectiva es a empeorar.

Una de las mayores decepciones tiene que ver con los salarios. El ciudadano común percibe con claridad que el gobierno presiona hacia la baja, tal como hizo con las jubilaciones. Eso explica que el 57 por ciento de los consultados opine que la situación de los salarios estará peor en 2018. Eran mas optimistas hace un año, pero hoy tienen pocas expectativas en materia salarial.

Esto se evidencia en que apenas el 33 por ciento de los encuestados cree que los conflictos sociales de 2018 no van a crecer, comparados con los de 2017. Una amplísima mayoría opina lo contrario, que va haber más conflictos y extendidos a todos los temas: salarios, despidos, tarifas y, en especial, las tarifas del transporte.

Habrá que ver cómo la Casa Rosada renueva un set de esperanzas y tal vez promesas. Está claro que ha tenido un mal diciembre y cierra el 2017 con la devaluación de lo que hasta ahora era su mayor activo: las expectativas.

(*) Periodista de Página 12

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