Tres Isletas. El pasado 8 de abril, miles de fieles se acercaron al Santuario Diocesano de la Divina Misericordia en la localidad de Tres Isletas (Chaco).
La Misa central fue presidida por Monseñor Hugo Nicolás Barbaro, obispo de la diócesis de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña y concelebrada por el Rector del Santuario, padre Roberto González.
Fieles de las distintas parroquias de la Diócesis acudieron a venerar la imagen de Jesús Misericordioso desde muy temprano.
La primera gran concentración fue a las 7 cuando los peregrinos iniciaron la V Caravana de la Divina Misericordia desde la intersección de las rutas 95 y 9. En su mayoría eran jóvenes que, entre cantos y oraciones, recorrieron los de 15 km hasta llegar al Santuario y participar de la primera Misa presidida por el Asesor de la Pastoral Juvenil Diocesana, padre Danilo Aranda.
Seguidamente los fieles continuaron la visita a la imagen de Jesús Misericordioso y acudieron al sacramento de la Reconciliación, donde colaboraron sacerdotes de varias parroquias para atender la gran concurrencia de los peregrinos a recibir este sacramento.
En la siesta llegó el obispo diocesano, Monseñor Hugo Nicolás Barbaro y recorrió distintos sectores donde estaban los peregrinos para saludarlos. Seguidamente, a las 15 –hora de la Misericordia-, se dio inicio a la oración de la Coronilla a Jesús Misericordioso en el Santuario, y el obispo presidió la Santa Misa.
En la homilía, el obispo, siguiendo el evangelio correspondiente a la Solemnidad, explicó la situación de
miedo que vivían los apóstoles porque Jesús no estaba no ellos y todavía no comprendían que había
resucitado. El Señor se les aparece y les trae la paz y les da el Espíritu Santo para que puedan iniciar su
misión con la seguridad que el Señor estaba vivo. Además les deja la misión de perdonar los pecados.
Muchas cosas se pueden obtener de Dios y todas son muy buenas para la vida y para la familia, pero recibir el perdón, quitar la mochila de los pecados el regalo más grande de la misericordia de Dios.
Por último destacó la invitación de Jesús a cada bautizado de contagiar la Misericordia de Jesús, de llegar a todos los rincones.
En consonancia al lema que acompaña la vida del Santuario “Artesanos de la Misericordia”, invito a todos los presentes a tener actitudes y gestos concretos de ayudar a los demás.
Al finalizar, el obispo encendió la llama de la misericordia y los fieles pudieron encender sus cirios para
llevar a sus comunidades y concretar el compromiso de asistir a los más necesitados.
Muchos fieles recibieron personalmente la bendición del obispo para sus familias en el atrio del Santuario.
Además, varios jóvenes, pudieron reunirse con Monseñor Barbaro para escuchar sus consejos y para
hacerles algunas preguntas.
El Rector del Santuario, el presbítero Roberto González, agradeció a todos los fieles por su presencia y su colaboración, como de los sacerdotes y las religiosas y en particular a Monseñor Barbaro por su tiempo y disponibilidad.