22 enero, 2025

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Monseñor Sartori es sepultado a las 14 en la Iglesia Catedral

Sáenz Peña. Fue la voluntad del Obispo emérito fallecido ser sepultado en Catedral. Previo a eso, a las 14 habrá una misa exequial.

Entre las Misas de difuntos, la más importante es la Misa exequial que se puede celebrar todos los días, excepto las solemnidades de precepto, el Jueves Santo, el Triduo pascual y los domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua. Debe hacerse una pequeña homilía, excluyendo los elogios fúnebres.

Se entiende por Misa exequial (del latín ex-sequi, ex-sequia que significa seguir, acompañar) aquella en la que la comunidad cristiana acompaña a sus difuntos y los encomienda a la bondad de Dios. En sentido estricto sería aquella Misa en la que está presente el difunto recién fallecido o también la primera Misa ofrecida por él.

Desde la Catedral el padre Sergio Nossa, vicario de la Diócesis, y ex colaborador estrecho de Monseñor Sartori, mencionó que «fue la voluntad del Obispo emérito fallecido ser sepultado en Catedral junto a Monseñor Ítalo Severino Di Stefano».

Su historia

Nació en Concepción del Uruguay, Provincia de Entre Ríos, el 24 de mayo de 1932. Fue ordenado sacerdote en la capilla del Seminario de Villa Devoto, Buenos Aires, el 2 de diciembre de 1956 por Monseñor Antonio Rocca, obispo auxiliar de Buenos Aires.

El joven sacerdote se incorporó a la misión de la inmensa jurisdicción que comprendía en aquellos años la Diócesis de Resistencia (Chaco). Luego de colaborar en la Catedral, fue designado primer Párroco de la comunidad de Villa Berthet, Parroquia Nuestra Señora del Carmen.

En 1963, cuando fue creada la nueva Diócesis de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, el padre José Lorenzo se puso a disposición de la nueva jurisdicción diocesana y su primer Obispo, Monseñor Ítalo Severino Di Stefano. Fue nombrado primer párroco de la comunidad de Santa Sylvina.

Con el paso de los años sirvió con mucha dedicación en diferentes tareas pastorales y como buen colaborador de los obispos. Fue Secretario Canciller, Vicario General y Párroco de la Catedral. Además coordinó otras numerosas labores misioneras.

El padre Sartori sirvió siempre con mucha generosidad, se desatacó en la entrega sacerdotal y su eficazacción pastoral en la Diócesis de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, como también su incondicional y fiel adhesión al Magisterio del Papa y a la Doctrina de la Iglesia.

Fue el 27 de agosto de 1994 cuando Su Santidad el Papa San Juan Pablo II lo designó Obispo de la Diócesis a la que siempre sirvió como sacerdote. Eligió como lema episcopal: “En el nombre del Padre, del Hijo ydel Espíritu Santo”. La noticia se vivió con inmensa alegría en todas las comunidades que lo consideraban un hijo del Chaco.

Recibió la ordenación episcopal en la Catedral de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña el 19 de noviembre de 1994 por Monseñor Abelardo Francisco Silva, obispo coadjutor de San Miguel. Fueron co-consagrantes Monseñor Ítalo Severino Di Stéfano, Arzobispo de San Juan de Cuyo y Monseñor Dante Sandrelli, Obispo de Formosa. Tomó posesión de la sede e inició su ministerio pastoral como tercer obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña el 19 de noviembre de 1994.

En los años de episcopado recorrió en prolongadas visitas pastorales las diferentes parroquias, impulsó el trabajo de los diferentes grupos y Movimientos, animó las actividades de Catequesis, entre otras numerosas tareas apostólicas.

También integró diferentes comisiones en la Conferencia Episcopal Argentina. Renunció por edad, como lo prevé el Derecho Canónico, el 22 de abril de 2008. Durante algunos meses continuó al frente de la Diócesis como Administrador Diocesano y preparó el recibimiento del sucesor y cuarto obispo, Monseñor Hugo Nicolás Barbaro.

En los últimos años residía cerca de la Catedral de San Roque donde podía recibir la visita de los fieles. Su salud desmejoraba lentamente y en los últimos meses tuvo que afrontar una enfermedad terminal.

De muchas maneras manifestó su cariño por la Diócesis también cuando ofrecía su oración y su debilidad física por la Diócesis, los sacerdotes y cada uno de sus fieles. Una especial devoción mostraba así María Santísima.

Luego de la Noticia de su partida a la casa del Padre, numerosos fieles acuden de diferentes comunidad es reconociendo su entrega a la Diócesis y ofrecen oraciones por su querida memoria.

Foto Ilustrativa: Crédito Chalo Cepeda (PrimeroChaco)

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