Sáenz Peña. Una vecina vivió un episodio violento ayer jueves en horas de la tarde, en la rotonda ubicada en intersección de Avenida 33 y Avenida 28. El conductor de una camioneta le negó el paso, se bajó del vehículo, la insultó, generó un trastorno vehicular, pero «las cámaras no registraron nada».
La Ley Nacional de Tránsito de Argentina (Ley 24.449, Artículo 43) establece reglas claras con respecto a la circulación en rotondas. Ese articulo menciona que: a) si se trata de una rotonda, la circulación alrededor de la misma será ininterrumpida, es decir, sin detenciones, b) que tiene prioridad de paso el que circula por la rotonda sobre aquel que intenta ingresar, y c) quien intenta ingresar a la rotonda debe cederle el paso al que egresa de ella, salvo que exista señalización en contrario.
Sin embargo, en Sáenz Peña, y a pesar de existir cartelería en la ciudad que da información precisa respecto a la circulación en la rotonda, hay conductores que no detienen su marcha, especialmente en la rotonda de referencia ubicada en Avenida 33 y Avenida 28. El lugar suele ser un caos, incluso cuando personal municipal de Transito utiliza el sitio para hacer el control vehicular que únicamente apunta a las motos y sus secuestros preventivos.
Este jueves en horas de la tarde, al rededor de las 18, una vecina circulaba por Avenida 28 y al llegar a la rotonda se dispuso a hacer la circulación correspondiente para continuar por la prolongación de la Avenida 28 con rumbo al norte. Al estar circulando otro vehículo, una camioneta Amarok blanca, que circulaba por Avenida 33 ingresó de imprevisto a la rotonda no respetando la circulación del otro rodado que se vio obligado a frenar. La Amarok, cual si estuviera ganando un lugar más en la largada de una carrera, se puso adelante y detuvo la marcha. El conductor, que estaba acompañado de una mujer y un niño pequeño, se bajó de la camioneta y empezó a insultar a los cuatro vientos y gesticular. Al no tener reacción de la mujer que conducía el otro vehículo se subió a la Amarok, pero un instante después volvió a bajarse y siguió insultando. Mientras tanto, en el ingreso a la rotonda tanto por Avenida 33 como por Avenida 28 varios vehículos aguardaban que la escena termine.
Ayer mismo se quiso cotejar lo sucedido, para buscar identificar al conductor de la Amarok, sin embargo los responsables del Centro de Monitoreo de la ciudad dicen que las imágenes no existen. Según la información que pudo conseguir este medio las cámara en la 33 y 28 fueron revisadas en el período de tiempo entre las 17:30 y 18:30 y no se observó «nada». La corroboración del hecho la habría hecho Elías Lator, Subsecretario de Prevención y Monitoreo de la Municipalidad, o personal a su cargo y bajo su supervisión. Lator es quien supervisa el Centro de Monitoreo municipal donde funciona un sistema de videovigilancia.
¿Habrá reconocido Lator al conductor de la Amarok y tal vez por eso negó la existencia de la situación? ¿Una actitud de estas características, que puso haber generado un accidente, no debiera ser cuestionada de oficio, de existir el dato de lo ocurrido? Hoy que todo el mundo habla de las actitudes irritables del diputado kirchnerista Aldo Leiva, ¿cual es la diferencia entre increpar y sacar a los empujones a la gente de una plaza y bajarse, impidiendo el normal desempeño vehicular, para insultar a la gente por que crees que tener determinado vehículo te permite hacer lo que quieras en las calles? ¿O se habrá tratado de algún funcionario, o de algún amigo del gobierno, y por eso desaparecieron las imágenes?