Sáenz Peña. El «doble rasero» del diputado, que fue superministro encargado de la caja del estado provincial, quedó en evidencia. Rápidamente publicó en redes imágenes de casas con agua dentro y pidió «𝐮𝐧 𝐠𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐡𝐮𝐦𝐚𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐩𝐨𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞». También dijo que se ponía a disposición del Municipio. Pero, ¿qué paso?
Durante una nota realizada a Germán Rearte, secretario de Desarrollo Humano municipal, se le preguntó si el diputado kirchnerista, ex integrante del PRO en las filas de María Eugenia Vidal, se comunicó con las autoridades municipales habida cuenta de que en redes sociales se apresuró a ponerse «a disposición del municipio de manera personal al igual que todos mi compañeros para colaborar». Rearte respondió risueñamente y dijo que el diputado no se comunicó con nadie.
En su búsqueda de hacer notar la situación Pérez Pons había dicho que «no hay asistencia en ningún barrio», y pidió «𝐮𝐧 𝐠𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐡𝐮𝐦𝐚𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐩𝐨𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞». «Estamos para sumar, para colaborar, para salir adelante, pero es el Estado el que tiene que acompañar a los que sufren», dijo, dejando constancia de su práctica de fingir expresando sentimientos, opiniones o valores contrarios a los que realmente tiene, buscando esconder a los demás sus intenciones y la verdadera búsqueda, criticar a la gestión radical aprovechando el dolor de la gente en los barrios y así ganarse falsamente su validación y su simpatía. Es decir, una cabal muestra de hipocresía.
Tras las publicaciones de Pérez Pons muchos vecinos se expresaron en redes sociales y medios radiales recordando que cuando el actual diputado, que se instaló en Resistencia tras su regreso de Buenos Aires donde primero fue funcionario macrista y luego kirchnerista, cuando fue superministro encargado de la caja del estado provincial no recorría los barrios cómo lo hace justo ahora en medio de una campaña electoral.
Pérez Pons publicó a las 9,54 en sus redes sociales un severo castigo a la gestión hablando de «monarquía», y preguntándose dónde están los que aplauden al intendente en cada acto, para rematar con un «los que ya fallaron, den un paso al costado».
Y luego, a las 13,16 volvió a hacer una publicación con un mensaje al intendente pidiendo «estemos hombro a hombro trabajando para ellas», insistiendo con «quiero ponerme a disposición del municipio de manera personal al igual que todos mi compañeros para colaborar porque no hay asistencia en ningún barrio».
Pero realmente Santiago Pérez Pons no se puso a disposición de nadie. Buscó a su amiga Luisisna Lita, presidente del PJ, para ir donde activos militantes dolidos con lo que sucede preparaban comida para la gente, y posaron sacándose fotos incluso haciendo la V de la victoria peronista sobre la olla de guiso. Patético.
La frase de Santiago Pérez Pons en una de sus publicaciones, señalando que «la solidaridad no distingue de banderas políticas, la urgencia no sabe de elecciones, ni de partidos», queda hueca, chiclosa, chirle como sus convicciones que lo llevaron primero a trabajar con Vidal y después ser «paladar negro» del kirchnerismo.