Sáenz Peña. El senador, para algunos llamado Coloso, vuelve a irrumpir en la ciudad con una añeja práctica de compra de voluntades, una extraña forma del PJ de querer ganar en el distrito que le da la espalda al Gobernador pese a la incontable cantidad de obras realizadas.
El sitio político ChM mencionó que en cada campaña se da lo mismo, el ex intendente que supo ir preso y fue absuelvo, aparece en la Termal y opera desde las sombras.
Antonio Rodas, hoy senador, llegó al Congreso por la ingeniería ajedrecista de «Coqui» y no por mérito propio. El ex intendente de Fontana, pasó de la destitución y la cárcel, al Congreso en 14 años. Un ejemplo de que en política nunca está nada dicho. Pero sus prácticas de construcción política asumida en cada elección, lejos de su territorio, generan malestar y controversia en aquellos peronistas que están cansados que les impongan las recetas.
El hombre se instala en Sáenz Peña cada elección, con su cartera de cuero en mano, según la queja de los dirigentes locales, y establece oficinas para articular la llegada de fondos que financian la campaña electoral. Le presta especial atención a las bases denominadas unidades básicas barriales y a los titulares de éstas. Es decir, compra voluntades de punteros políticos.
La adquisición de voluntades no le está dando resultado al PJ que desde el año 99 no puede ganar una elección en la Termal. Ni con Caito Olivieri, ni Ricardo Sánchez, Néstor Duca, Horacio Lita, Antonio Morante, Omar Judis, o el hermano del gobernador, Daniel Capitanich. Ninguno de éstos ha capitalizado votos para el PJ que equivoca el camino. Buscar conseguir con billetes lo que no construye políticamente acercándose a la gente. Y Rodas, cada elección, como en esta que esta instalado en Sáenz Peña desde hace semanas, tampoco lo consigue.
Rodas tiene un pasado espinoso en la política. En 1995, Rodas era el intendente de Fontana cuando estalló un fuerte conflicto salarial con los empleados públicos de la ciudad. El enfrentamiento con el peronista llegó a un punto sin retorno. En 1996, cuando se cumplía un año de gestión, los trabajadores quemaron la intendencia, hubo enfrentamientos con la policía y un empleado perdió la vida. Los incidentes detonaron en la intervención de la localidad, votada por la legislatura.
El jefe comunal había sido denunciado por malversación de fondos y terminó su gestión destituido y preso. Lo sacaron de la Municipalidad esposado. Fue el 7 de julio de 1995. Rodas no llegó a estar ni siquiera un año encerrado. Se lo acusaba por la desaparición de 500 mil pesos, no se encontraron pruebas de lo denunciado y fue absuelto.
Rodas en 2007 fue asesor de la Gobernación, y luego Jorge Capitanich lo hizo nuevamente intendente como acto reparados por el «escarnio público». Se dijo en ese entonces que Rodas para conquistar nuevamente la Intendencia se entregó dinero, planes sociales y hasta electrodomésticos para captar votos.
Algunos actores del PJ no escarmientan ni cambian, como dice el dicho popular, pierden el pelo solamente. Desde hace años, elección tras elección, en Sáenz Peña personas como Antonio Rodas equivocan la forma de construir un lazo entre el PJ, como herramienta política, y la gente que desde el 91 le da la espalda al dirigente y candidato peronista. El pueblo peronista, el afiliado inclusive, no el devenido en kirchnerista cerrado sostenido por planes sociales y dádivas, dejó de acompañar la oferta electoral del PJ y por algo debe ser.
Estas actitudes de, como las de recorrer los barrios billeteando a la gente y a los dirigentes, es la que no construyó ni va a construir alternativas en Sáenz Peña.
Rodas es un mimado de Capitanich. Y cuando el hoy gobernador jugó, en 2019, una doble candidatura, Rodas fue encubiertamente ofrecido como senador, pero la gente votó otra cosa. Capitanich ganó las primarias nacionales en la categoría de senadores, luego fue elegido como Gobernador en los comicios provinciales del 13 de octubre, y tras ser elegido también senador no asumió su banca en el Senado asegurando el cargo para su suplente, Antonio Rodas, el entonces intendente de Fontana.
Esa cercanía a Capitanich lleva a Rodas a convencer al Gobernador y líder del espacio político que «billetear» a los vecinos o «comprar voluntades» de punteros es el camino para conquistar la ciudad que nunca respaldó electoralmente al Gobernador, pero se olvida que la decena de funcionarios provinciales con oficinas en Sáenz Peña es la que no construye. Con peleas estériles y apetencias personales ancladas en los cargos, con concejales que ni siquiera salen a caminar con los precandidatos locales ni recorren los barrios y hasta desconocen a militantes y dirigentes de base, con todo eso y más, se hace muy cuesta arriba que el PJ sea alternativa en la ciudad. Y lastimosamente se observa que, para Rodas, toda esa falta de construcción, que debiera ser diaria, se suple con billetes.