27 noviembre, 2024

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Hay 1.6 millones más de argentinos en la pobreza

Buenos Aires. Entre el primer trimestre del 2020 y el primer trimestre del 2021, el ingreso per cápita familiar en Argentina aumentó en torno al 21%, mientras que la inflación entre los trimestres mencionados se mantuvo cerca del 41%. Es decir, hubo una pérdida de poder adquisitivo del 20%. Así lo refleja un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).

En lo que respecta a hogares, entre los primeros trimestres de 2020 y 2021, perdieron el 10% del poder adquisitivo de sus ingresos. Sin embargo, tal declive no fue igual para todas las clases sociales y hubo algunas que retrocedieron hacia una más baja.

Si se construyera una pirámide social en base a los ingresos con cuatro clases, quedaría conformada de la siguiente forma: baja, media baja, media y alta; donde la baja son los hogares pobres, que no alcanzan a adquirir una canasta básica total (CBT); la media baja, que si bien no es pobre, es vulnerable y dependiente del contexto para pasar o no a la pobreza; la media, que ocupa un lugar más estable; y, por último la clase alta, que obtiene ingresos por más de 4 CBT. Surge así que, entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021 (entre los cuales golpea de lleno la pandemia), hubo un gran deterioro social.

La clase baja pasó de representar el 25% de los hogares en el 2020 al 31% en el 2021. Y la clase media baja pasó del 8% al 10%. Esto implica que hay 1.6 millones más de argentinos en pobreza o situación de vulnerabilidad respecto al 2020. La contrapartida de este fenómeno es que se achicó la clase media, que pasó del 51% de los hogares al 48% y la clase alta, que pasó del 15% al 11%.

Inflación y ayuda social

Los analistas de IDESA resaltan en el informe que, si la inflación sigue en torno al 50% anual, es muy probable que el encarecimiento de la canasta básica total lleve a un mayor deterioro de la pirámide social, puesto que pocas paritarias cerraron valores cercanos a la inflación y tampoco hay perspectivas de mejora en la calidad de los trabajos.

“La ayuda social podría compensar en parte este deterioro, pero será otro remedio temporal. Sin embargo, de no abordarse un ordenamiento integral del sector público, esto conduciría a mayores niveles de inflación”, resaltaron.

Según la visión del instituto, la meta es “reconstruir el Estado para que sea financieramente sustentable y tenga la capacidad de producir los bienes públicos que la población demanda”. “Se trata de construir un Estado financieramente equilibrado y que genere instituciones que den competitividad y buenos servicios a los ciudadanos. Con esto, la inflación dejará de ser un problema y volverá la inversión privada que es lo que puede sacar a la gente de la pobreza”, agregaron.

La caída del salario real de los pobres
Otro informe de IDESA, también abordando la situación social, refleja que, desde que empezó la crisis a principios del 2018, el salario informal creció por debajo de los precios de la Canasta Básica. “Este es el principal factor que explica el aumento de la pobreza”, indicaron analistas del instituto.

El INDEC publica oficialmente información sobre la pobreza de manera semestral. Sin perjuicio de ello, procesando datos de la encuesta de hogares, se puede estimar que la pobreza en el primer trimestre del 2021 está en el orden del 40% de la población urbana. Esto implica un aumento de unos 5 puntos porcentuales respecto al primer trimestre del 2020, última referencia antes del inicio del confinamiento estricto por la pandemia.

Según el informe de IDESA, la incidencia de la pobreza está fuertemente asociada a la informalidad. La razón es que el trabajo informal es la principal fuente de ingreso de los hogares pobres.

En relación al empleo informal, se observa una vuelta a la situación pre-pandemia. En el 1° trimestre del 2021 el empleo informal (incluyendo empleo asalariado no registrado y el cuentapropismo no profesional) está cerca de 5 millones de trabajadores en los grandes aglomerados urbanos. Esta cantidad es similar a la del 1° trimestre del 2020. Cayó mucho en la etapa dura del confinamiento, pero ya se recuperó.

Recuperado el empleo informal, lo que habría que observar son las remuneraciones de los trabajadores informales. Tomando el período que va desde marzo del 2018 (cuando comienza la crisis) hasta junio del 2021, se observa que:

-Los precios de la Canasta Básica Total (línea de pobreza) crecieron a razón de 3,3% promedio mensual.

-El salario de los trabajadores informales se actualizó a razón de 2,3% promedio mensual.

-Esto significa que el salario real de los informales cayó a razón de 1% por mes.

Estos datos sugieren que, con una inflación del 3% mensual, es muy difícil bajar la pobreza. El aumento de precios provocó que en los últimos 3 años el ingreso real de los trabajadores informales cayera a razón de 1% por mes. Por eso, la remuneración de los informales actualmente es un 33% inferior al nivel que tenían cuando comenzó la crisis. Esta es la razón fundamental por la cual la pobreza en el 1° trimestre del 2018 era de 26% y en el 2021 es del 40%. La inflación opera como una poderosa “fabrica” de pobres porque socava el ingreso de los trabajadores informales.

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