Neuquén. En el mes misionero, monseñor Croxatto animó a «compartir lo que está en tu corazón que no podés ocultarlo» y resaltó el valor del ser humano por sobre todas las cosas.
Con motivo de la Jornada Mundial por las Misiones, monseñor Fernando Croxatto, obispo de Neuquén y miembro de la Comisión Episcopal de Misiones, animó a colaborar en el compromiso misionero de la Iglesia. Recordó el llamado que hace el papa Francisco a la luz del libro de los Hechos de los Apóstoles: “No podemos callar lo que hemos visto y oído”.
En cuanto a esto, citó a Santa Teresita del Niño Jesús, Patrona de las Misiones, quien decía: “Tengo vocación de apóstol. No solamente quiero ser misionera por algunos años, desde el comienzo del mundo hasta el final de los siglos. Además, el prelado recordó lo que ella le expresaba a Jesús: ¡Cómo querría recorrer la tierra, predicar tu nombre plantar tu cruz gloriosa!”.
El prelado neuquino recordó una historia de un sacerdote misionero que “tenía una cruz muy hermosa que valoraba mucho y que la presentaba siempre en las grandes fiestas, pero que también se dedicaba a contemplarla y encontrar en ella el significado de su misión”.
Sobre esto, explicó que un día un niño le preguntó al sacerdote si la cruz era el tesoro más valioso que tenía en la parroquia. Y el obispo, remarcó que el padre se lo negó y le dijo: “El tesoro más valioso eres tú”.
Así, monseñor Croxatto observó que “por más valiosa que sea la cruz, nadie es más valioso que el hombre. Por eso el papa Francisco nos recuerda nuevamente que la misión tiene que ser una misión de compasión, una misión en la cual nosotros también acortemos estas distancias que nos puso la pandemia. Y nos demos la oportunidad de encontrarnos, promovernos y formar comunidades de pertenencia, a la cual le dediquemos las ganas y el esfuerzo, y también los bienes”.
Por eso, animó a renovar la vocación misionera en “este mes del rosario, de las misiones y ‘por qué no’ del rosario misionero». Y exhortó a ofrecer «el sacrificio de la vida cotidiana y también la colaboración económica por tantas obras que la Iglesia sostiene en esta misión evangelizadora”.
“El Papa nos dice, ‘hacete cargo’. Compartí lo que está en tu corazón que no podés ocultarlo, sino que tenés que compartirlo. Eso que vos querés y también crees, al Señor, para que muchos lo conozcan. No callemos lo que hemos visto y oído”, concluyó.