Misiones. Piñas entre los automovilistas por un lugar en la fila, demoras que se extienden por horas, vidrios rotos y vehículos abollados. Ese es apenas un resumen del infierno que tienen que soportar cientos de extranjeros que cruzan desde la ciudad paraguaya de Encarnación a Posadas para hacer compras, a través del puente internacional San Roque González de Santa Cruz.
Las escenas que se viralizaron en las últimas semanas dan cuenta de la problemática. En medio de las interminables filas y el calor que azota en la zona en esta época del año, la furia de los automovilistas se hace notar. El principal detonante de los conflictos es cuando algunos conductores buscan la forma de adelantarse sin respetar al que lleva horas en la espera. En una de las escenas se ve cómo dos hombres se trenzaron a golpes arriba del puente.
La problemática comenzó a verse con frecuencia desde hace algunos meses. Especialmente desde que se levantaron las restricciones migratorias que se habían impuesto por la pandemia del Covid-19. Además, con la devaluación del peso, la ciudad de Posadas se convirtió en un atractivo para que extranjeros entren a la Argentina y compren desde combustibles hasta productos en los supermercados, o disfruten de la gastronomía local.
Pero las demoras y las batallas campales no son el único inconveniente. Alrededor del fenómeno se creó en Encarnación un negocio al menos polémico. Según un informes del canal SNT de Paraguay, algunos conductores reservan espacios en la fila y luego cobran para vender el lugar. De hecho, lo ofrecen en las redes sociales como un servicio y son muchos los que lo aprovechan. En otros casos, hay algunos abren ubicaciones dentro de las filas destinadas a familiares o amigos, para que avancen en contramano y se sitúen en una mejor posición para acortar la espera. La maniobra es uno de los principales motivos de las batalles campales que se ven a diario.
El diario Misiones Online, por su parte, dio a conocer una práctica ilegal que involucraría a la Marina de Paraguay, responsable de la seguridad en el Centro de Frontera de Encarnación, y la Policía Municipal de Tránsito. Según informó una corresponsal del diario en esa ciudad, los oficiales de ese país controlan el paso por una colectora paralela al camino principal que lleva al puente internacional. Pero no cualquiera pasa. Según la denuncia, los efectivos cobrarían una coima para permitir que los automovilistas circulen por esa vía y así evitar las demoras.
La situación de las demoras y la denuncia por los “peajes” ilegales obligó a que autoridades del ambos países se reunieron para tratar la problemática en el cruce fronterizo, con el objetivo de lograr mayor agilidad.