Sáenz Peña. La digitación de contrataciones y el manejo de recursos habría sido lo que desató cuestionamientos entre quienes forman parte de la organización de este año, y comparten opiniones en un grupo de WhatsApp.
Según puso saber éste medio el presidente de la Fundación, Jorge Moreira, que durante su pelea con Domingo Peppo y Jorge Capitanich mediante una acción se adueñó de la marca y los símbolos, habría amenazado con retirarse de la organización ante «manejos personalistas» de Oscar Dudik, el funcionario que el Gobierno provincial puso al frente de la recuperación de la Fiesta.
«Viajó a Resistencia solo, y cuando volvió volvió re cambiado. Ahora, como lo hacía Peppo y Capitanich, todo viene digitado desde Resistencia, y eso no fue el compromiso del Gobierno local que había dicho que ibamos a priorizar a los saenzpeñenses en la organización», dijo Moreira que amenazó con salir a los medios a decir «unas cuentas verdades».
Sin embargo, invitado a participar de un programa de radio sobre esta situación, Moreira «se guardó al mazo». «Estoy a punto de abandonar, pero les voy a dar una oportunidad más», dijo tras pedir a un periodista que «haga un comentario».
El problema de la organización de la Fiesta del Algodón ha sido siempre el mismo, el manejo del dinero que el Estado pone para darle forma a la muestra, así como el manejo de lo recaudado por venta de stand.
La FNA pudo haber tenido éste año un comité organizador, encabezado por el intendente, pero sin embargo sólo se conformó una mesa de interconsulta en la que participan desde los que han estado en alguna oportunidad y fueron cuestionados por el manejo de dinero hasta los que han organizado los últimos años paupérrimas charla mediante algún sello de goma y han recibido cifras importantes que fueron dibujadas.
A menos de un mes de la realización de una muestra que será, más de lo mismo, con patio de comidas y stand’s de venta de vehículos y maquinarias (que no compra nadie), adornado con un patio de comidas a modo de kermes, y con algunos espectáculos pagados por el Gobierno que tendrán de teloneros a los locales a los que le pedirán «de favor» subirse al escenario.
De momento el enojo de Moreira ha sido una amague. Seguramente esta semana se acelerará la organización y estos malestares pasarán al olvido. Es más, ya había un cafe de invitación para «bajar la espuma» del malestar.
