Por Horacio Fernández (*)
Algo le está sucediendo al gobierno saenzpeñense que, tras 16 años de mandato familiar de los Cipolini (12 de Gerardo más 5 de Bruno), y otros 8 de Peche que contabilizan un total de 25 recientemente cumplidos, cree que pueden hacer de la vida de la gente lo que sea.
Apatía, falta de humildad, e insolencia, son un cóctel consumido por colaboradores muy cercanos al intendente Bruno Cipolini, que termina dañando la imagen del mandatario, quien sostiene a funcionarios que, por un lado, son déspotas, y por otro, mentirosos.
La semana que finalizó desde nuestros espacios periodísticos, hemos tratado el tema del estacionamiento de motos en las veredas del centro de la ciudad (no permitido, obvio) y cuestiones relacionadas al estacionamiento medido, como el caso de los trapitos, que enojan a la gente.
Hicimos una nota con Diego Landriscina, secretario de Gobierno, quien entre otras cosas negó que la realidad que acreditamos con fotos que nos mandan los oyentes de Voces de la Jornada en LT16am950 o los lectores de www.opciondenoticias.com.ar sea cierta. “No voy a permitir que pongas en duda lo que digo”, señaló algunas veces el funcionario (Reflejamos ese tema en esta nota: En LT16am950 se debatió sobre el descontrol de motos y el marcado «negacionismo» de la realidad por parte del Municipio).
Tras esa nota, empezamos a indagar por un festival –recital- folclórico que se publicita en la ciudad, para lo que se acondiciona el predio de un aserradero, al lado de una envasadora de gas. En nuestra consulta a Landriscina, de quien dependen las áreas operativas de contralor que tiene el Municipio, le mencionamos que al comerciante para habilitarlo le exigen de todo, y que a los clubes los clausuraron por no tener boca de agua para incendios como en las calles de Nueva York.
Lo que pretendíamos era hacer notar determinadas incongruencias en las exigencias a las autoridades, pero fundamentalmente que se monitoree algo que puede llegar a terminar en un nuevo Cromañón.
La reacción de Landriscina fue sorpresivamente inentendible. Se mostró enojado por las críticas por el tema tránsito, estacionamiento, y motos, cuestionó con quien establecemos pautas publicitarias, se hizo el ofendido buscando acreditar que se lo trata mal, y ante una sugerencia de que no hay que calentarse respondió con un “chúpame la p…”. La verdad, esperábamos como respuesta que el lugar no está habilitado, que se va a observar la cuestión, u otra cualquier respuesta, digna de un funcionario público o persona respetuosa.
Tras eso, al día siguiente le dedicamos un segmento en el programa de radio, porque nos pareció una actitud insolente, una muestra de desidia, falta de humildad, y arrogancia. Cuando difundimos la editorial, el secretario de Gobierno volvió a mandarnos mensajes pidiendo que contemos “la historia como es”. Y cerró con un “Igual no vales la pena”.
La verdad no sé qué pretende el secretario de Gobierno de Bruno Cipolini. Tal vez que lo invite a una plaza a boxear tipo guapo del 900. O cree que jugar al Gran Hermano en la ciudad le da el derecho de adueñarse de la vida de todos. O que ser funcionario del gobierno de la ciudad le otorga el título de dueño de la verdad absoluta, y que lo que está bien es sólo lo que él hace.
Lo que sí sé es que la desidia, la falta de humildad, y la arrogancia, convierten a funcionarios de Bruno Cipolini en tiranos de libreto. Y Landriscina no es el único.
Pero estos muchachos que gobiernan la ciudad, y hacen y deshacen cuanto quieren y como se les place, deben entender que a quien el pueblo votó es a Bruno Cipolini. A los integrantes del Gabinete los eligió el intendente, pero no los votó ni siquiera el que les pasea el perro que tienen de mascota.
Como dije al inicio algo le está sucediendo al gobierno saenzpeñense. Tal vez, como no tienen oposición política partidaria (por un PJ deshilachado) piensan que los que preguntamos por temas y situaciones que a diario se viven en la ciudad, ya que ese es nuestro trabajo y el de ellos gobernar, somos “el enemigo”.
Los radicales suelen ser expositores de sus condiciones morales, y presentan a la moralidad como una bandera. Ese conjunto de principios, normas y valores que una persona o sociedad considera como adecuados para distinguir entre lo que es bueno o malo, correcto o incorrecto, es en los radicales una suerte de título noble que exponen para diferenciarse del resto.
Pero esa condición que predican algunos históricos radicales saenzpeñenses hace tiempo viene corroída en aquellos que asumieron el desafío de representar al partido mediante las acciones de gobierno.
Se acartonan, se disocian del vecino, creen que establecer una pauta de difusión para dar a conocer actos de gobierno les compra impunidad, los años en el poder lo convierte en tiranos de pizarrón.
El tirano manipula y persuade a través del miedo y las amenazas, o seduce con carisma y dádivas. Algunos.
El tirano se opone a la moralidad y a los principios morales, y los utilizan solo para satisfacer sus apariencias.
Usan medios represivos para defender sus posiciones. Se arrogan la autoridad real sin tener derecho a ella, más aún cuando nadie los vota. E incluso cultivan la lealtad hacia su figura, no hacia el proyecto.
Yo conocí un gobernador radical, que tuvo porcentajes de aceptación popular y el chaqueño vivía una suerte de encantamiento. En una elección las encuestas decías que ganaba por más de 30 puntos de ventaja, y termino perdiendo por 1186 votos. También conocí a un gobernador peronista, que vivió la misma situación: lo amaron, lo aplaudieron, y perdió por alrededor de 29.000 votos.
¿Cuál fue el común denominador en estos dos casos? A ambos dirigentes, al radical y al peronista, un grupo de “ilustres” los rodeo, y desarrollaron un grupo sectario que terminó cerrándoles los ojos y oídos, los que en política deben estar puestos en el pueblo.
La política a veces se convierte en una relación incestuosa de dinero y poder. Termina siendo cíclica. Por eso no se escupe para arriba, y cuando no se está preparado para las críticas sino solo para el aplauso, hay que controlar el tirano de libreto mojado que se lleva adentro.
Les dejo un link de la editorial del último viernes:
(*) Periodista, director de OdeN, conductor de VocesDeLaJornada