El Palmar. Tras hacerse pública la actitud inexplicable del subcomisario Juan Carlos Trinka que destruyó a martillazos un gruta y la imagen de la Virgen María, arrojando luego en el monte los pedazos, la Jefatura por lineamientos del Ministerio de Seguridad ordenó la reposición del espacio religioso mariano.
El uniformado Juan Carlos Trinka utilizó una sarta de mentiras para excusarse ante la comunidad por lo sucedido, inventando una historia de cómo se destruyó la imagen que apareció tirada en un camino vecinal. Tras lo ocurrido Trinka fue trasladado a una dependencia en Sáenz Peña producto del enojo de la comunidad católica de El Palmar que lo hizo responsable de lo sucedido y lo acusó de destruir a martillazos un gruta y la imagen de la Virgen María por el simple hecho de que él no es católico.
Ahora, llegan a este medio las imágenes de la gruta reestablecida, luciendo una nueva imagen de la Virgen aunque la destrozada por el subcomisario intolerante tenía mas de 60 años, era una reliquia.