Sáenz Peña. Durante todo el día miércoles hubo intercambio de mensajes. El peronismo se mostró enojado por el viaje del intendente al exterior. Egea interinamente esta en la Intendencia, Moreira no quiso asumir la presidencia, Maglio (a quien le corresponde el cargo) prefirió faltar y Riquelme que pudo haber asumido se encontró con que no daba el número de ediles.
Lo que en otros tiempo era un mero trámite en el que el sentido común, la convivencia política, y la madurez, lo resolvían todo, esta semana se terminó cobrando un escandalete de telenovela en el Concejo municipal.
El bloque de ediles del FCHMM, que ya había anticipado su posición, invocó el artículo 71 de la Ley Orgánica de Municipios que menciona la ausencia del jefe comunal por más de 5 días. Dante Moreira acusó a Pedro Egea de no haber comunicado ningún corrimiento apegado a las normativas, aunque la resolución que ponía al frente del Ejecutivo a Egea (y firmada por el mismo Egea) tiene fecha 24 de mayo, y buscaba ser ratificada anoche en el Concejo. La misma herramienta ponía a Moreira al frente del Concejo, pero el peronista nunca se notificó oficialmente, y adelantó posición mediante un comunicado compartido con los otros ediles justicialistas Godoy y Slusar.
En algunas otras oportunidades, incluso en gestiones anteriores (de hecho pueden existir registros desde el advenimiento de la democracia a la fecha) este tipo de situaciones se salvaron con una rectificatoria del Concejo, incluso posterior a viajes en plena ejecución de quien estuviese en la Intendencia. Sin embargo en el presente, Moreira pretende apegarse a la letra de la Ley Orgánica punto por punto, como por coma, y cierta falta de muñeca de algunos ediles radicales le queda como pelota picando.
Lo de este ultimo miércoles fue bochornoso y hasta innecesario. El bochorno se veía venir desde la mañana, por eso hubo varias reuniones entre ediles, así como comunicaciones. Pero no hubo «reuniones políticas», carecieron la mayoría de sentido común, convivencia política y madurez, y eso se materializó en la fallida sesión.
Fiel a su estilo para marcar la diferencia en acciones opositoras, Moreira llegó acompañado de una escribana y se negó a presidir la sesión, pues él es vicepresidente primero. Tras su negación la responsabilidad recae en el radical vicepresidente segundo Horacio Maglio, pero este prefirió faltary seguir el escandalete vía redes sociales o comunicaciones de whatsApp. El corrimiento, según lo establecido, ponía en el ruedo al oficialista Rubén Riquelme, jefe de bloque, pero la ausencia de Maglio y con Egea fuera del recinto por estar a cargo de la Intendencia (y la negativa peronista) el ala cipolinista no pudo sesionar por falta de quórum.
El peronismo hace, y puede tener opiniones divididas a la hora de si esta bien o mal, su juego asumiendo su rol de oposición. Y el radicalismo, que le cuenta las costilla a los peronistas por este comportamiento, ni siquiera se abroquela en estas circunstancias y a las vista quedó anoche quien o quienes terminan generando debilitamiento.
El intendente viajo al exterior, y desde que inició su viaje hasta anoche el Concejo no se había reunido. Las comunicaciones pudieron tener algún error tal vez, pero la pregunta es ¿estuvo en riesgo la continuidad institucional y administrativa de la comuna? ¿a acaso la ciudad fue un caos inmanejable y se produjo algún resquebrajamiento de las funciones gubernativas orientadas al bienestar general de la población? La ley es la ley, pero ¿existen actos de madurez, sentido común, altruismo, convivencia, que pueda salvaguardar situaciones como las vividas ayer?
Y finalmente, a la gente común, al laburante, al vecino que no vive de las publicaciones en las redes sociales de los políticos, ni de las declamaciones vanas de los concejales, ni del histériqueo gatafloresco de algunos actores que solo juegan a la pulseada para agitar a un puñado minúsculo de interesados, ¿le interesa todo esto?