Sáenz Peña. La política es el arte de lo posible, y vaya si lo es. De criticar rabiosamente a Capitanich, Ricardo Sánchez pasó a mostrarse en cuento acto o reunión se da junto a quien supo criticar hasta el hartazgo.
Sánchez, un soldado gustavista de obediencia de vida perfecta, milita en el interior y particularmente en los alrededores de Sáenz Peña sabiendo que él no será legislador y tratando de traccionar votos para que llegue la mujer de su jefe, Eli Cuesta.
El abogado criticó el año pasado y esta año infinidad de veces al ex gobernador, antes y después de la derrota electoral por la falta de diálogo, por la falta de autocrítica, por la relación con los piqueteros, por los funcionarios que se enriquecieron y cerraron los teléfonos e incluso hasta habló del femicidio de Cecilia sospechado de ser cometido por socios políticos del montenegrino.
Ricardito renegaba «del amontonamiento» que algunos (como Coqui) querían hacer pasar por unidad. Pero como entendía el estadista prusiano del siglo XIX la política no se trata de ideales perfectos o utopías, sino de lo que realmente se puede lograr en un momento dado. Y tanto para Ricardo, soldado raso de quien fuera uno de los peores intendentes de Resistencia y la mujer de éste, como para esos sus jefes (así como otros personajes de la política como el nuevo empresario inmobiliario internacional Peppo, o su propagador de mensaje en lo local Bojanich), dadas las circunstancias, los intereses en juego y las limitaciones del poder, hay que tragarse las críticas, o como decía Florencio «comerse el sapo».
Será que Ricardo conseguirá en esta oportunidad levantar su performance electoral en su terruño natal donde en las PASO del año 2023 consiguió menos de 1300 votos y en las generales 200 votos menos, lo que constituyó una catástrofe para la cantidad de recursos económicos que Gustavo Martínez que bajo para armar estructura?
Hoy Sánchez, que dejó atrás su discursos con cuanta blasfemia podía configurar contra el Coquismo dice que «fue muy esperado por la militancia por este acuerdo de dos sectores mayoritarios del peronismo dirigidos por Coqui Capitnaich y Gustavo Martínez».
Quién está contento? El militante al que olvidaron por años? El puntero al que denigraron pegándole por la boca con la billetera estatal en mano? La gente a la que el Peronismo le prometía terrenos privados y los incitaba a tomar esas propiedades como pasó con el Club Águila? El enfermero que trabajó 16 años por una beca paupérrima y tuvo que mitrar cómo Bojanich pasó a planta o el hijo de Spoljarc o ella misma? El vecino que no podía contar con una ambulancia porque llegaban las ambulancias nuevas y las desmantelaban en el hospital los que se robaban hasta las ruedas de auxilio? Quién esta contento Ricardo?
«Hoy Coqui evalúa los errores que se han cometido para trabajar en ellos. Hoy se observa al espacio piquetero como un error piquetero, por ejemplo», dice Sánchez en su renovado discurso pro-unidad de dos o tres sectores que se miran el ombligo. Ahora bien, evaluar esos errores también habrá sido pedirle a la intendente de La Tigra con la que se sacan fotos que deje de atropellar a la gente?
Ricardo Sánchez terminó «amontonado» como no quería. El Peronismo, en gran parte, y el saenzpeñense en particular que no sabe cómo re nacer, sigue con la cabeza bajo la tierra.
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