4 mayo, 2024

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El deseo navideño de Monseñor Barbaro: «Llevemos en esta Navidad a cada hogar la paz y la alegría que proceden de Dios»,

Sáenz Peña. El obispo de Sáenz Peña, Hugo Nicolás Barbaro, recordó que la esperanza cristiana no es simplemente la confianza en que un problema económico o de salud se resolverá pronto.

Inició su mensaje recordando la situación del pueblo judío: «Vivían en medio de una historia llena de guerras y muchos padecimientos, tenían esperanza y esperaban al Redentor. Celebraremos la Navidad, el nacimiento del Hijo de Dios, del Mesías tan esperado durante tantos siglos. Tal vez alguien podría pensar, ¿y qué cambio ha habido desde el nacimiento del Hijo de Dios? El mundo sigue lleno de guerras, sufrimientos, violencia y egoísmo, falta mucho amor. Pensando ahora en nuestro país, la situación tampoco es buena; sufrimos, y tal vez no será posible comprar todo lo que alegraba el hogar años atrás».

«¿Dónde está Dios? ¿Qué cambió entonces con la llegada de Cristo? Y la respuesta es que todo cambió. Dios entró al mundo, camina a nuestro lado y, si le abrimos el corazón, se mete y lo llena de paz, lo llena de amor», expresó.

«La esperanza cristiana no es simplemente la confianza en que un problema económico o de salud se resolverá pronto; aunque pedimos a Dios que así sea. La esperanza cristiana es mucho más; es la seguridad de que todo lo bueno proviene de Dios y que el mal nunca tiene la última palabra. La esperanza es la certeza de que, aunque haya cruces en esta vida, nunca estamos solos; Dios está con nosotros, nos sostiene, nos da paz y alegría, y nos guía hacia el Cielo para toda la eternidad», continuó.

«La Virgen y San José no tenían nada en el pesebre de Belén, pero lo tenían todo: tenían a Cristo, al Hijo de Dios. Que Dios nos conceda la paz y la alegría de Belén, la misma que experimentaban aquellos humildes pastores que contemplaban entusiasmados al recién nacido Rey», agregó.

Además, indicó: «Esta Navidad será muy feliz si cada uno lleva a su propio hogar y entorno la paz y la alegría que proceden de Dios. Y como el amor siempre es creativo, encontraremos detalles que aportan felicidad, aquellos que no se pagan con dinero».

«Vivimos tiempos que nos invitan a rezar más, a pedir más ayuda a Dios y a la Virgen Santísima, a vivir con más decisión nuestra fe. Recemos por el Papa, ya que siempre lo pide y lo necesita. Les deseo una muy feliz Navidad, que Dios los llene de bendiciones», cerró.

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