Resistencia. El portal político ChM publicó una interesante lectura de la actuación del desgastado presidente legislativo que complica las leyes que pretende Capitanich. Cita que el Gobernador necesitará un Presidente que pueda construir puentes de consenso y que el ex menemista Hugo Sager no consigue que los aliados acompañen las iniciativas.
Desde la Legislatura, el equipo de comunicación del ex menemista se apresuró a señalar que la UCR se marchó de la sesión última y el proyecto de transferencia de inmuebles no se trató.
Nuevamente, al igual que hace dos semanas, la Legislatura provincial no obtuvo el quórum necesario para tratar un vidrioso proyecto impulsado por el espacio gustavista (CER), que busca la transferencia y donación de bienes inmuebles del Estado provincial a la Municipalidad de Resistencia que gobierna Gustavo Martínez, según dicen para el desarrollo de un sistema de reservas de áreas verdes.
El bloque de la UCR pidió modificar la orden del día y que el punto uno planteado pase a comisión sin preferencia. Juan Manuel Pedrini, jefe del bloque oficialista, se negó al pedido y mostró desesperación por darle tratamiento al proyecto que podría ser parte de los acuerdos subterráneos de la unidad entre Coqui y Gustavo.
Hugo Sager respaldó al jefe oficialista, y los pocos radicales que estaban dentro de la sesión se levantaron y se marcharon.
En un tono burdo, burlón, con poca visión política y despectivo, Hugo Sager, esperó un rato, sonó el timbre para realizar «una última llamada» y, tras la no asistencia de los diputados, manifestó: «No aparecen los alumnitos de la escuela todavía».
Según el reglamento interno de la Legislatura, en su artículo 35º «El quórum lo constituirá la mitad más uno del número total de Diputados que según la ley formen el Cuerpo».
Actualmente la Cámara de Diputados enseña una representación con varias fuerzas políticas concentradas en dos grandes segmentos: oficialismo y oposición, con un total de 32 legisladores, lo que implica que el famoso quórum se da con 17 diputados.
Dentro del Oficialismo hay 18 diputados: 14 Justicialistas, 1 Frente Grande, 1 NePar, 1 Partido del Trabajo y del Pueblo, y 1 FORJA. Es decir que por 1 diputado el oficilismo, al que pertenece Hugo Sager, tiene quórum propio.
La Oposición cuanta con 14 escaños: 10 Unión Cívica Radical, 2 Frente Integrador (un desprendimiento Justicialista que coquetea con Capitanich), 1 Partido del Obrero y 1 PRO Chaco (también, según lo actuado este año, cercano al Gobierno por las acciones del diputado Obeid).
Esto demuestra que es mentira que por marcharse de la última sesión la UCR dejó sin quórum la misma. Sager no logra alinear a los «socios» del mismo Justicialismo. Entonces el quórum reclamado esta en Juan José Bergia del NePar, Teresa Cubells del Frente Grande, Rodolfo Schwartz del Partido del Trabajo y del Pueblo, y Gladis Noemí Cristaldo de FORJA.
Pero el problema de Sager es más grave, y su falta de construcción de consensos, que tanto daño le ha hecho a Capitanich este año y medio, está en, junto a Juan Manuel Pedrini, no poder contener a la «tropa» justicialista. Jessica Yanina Ayala y Liliana Spoljaric provienen de otro espacio que no es de Coqui, sino de Peppo. Quedan gravitantes Roberto Marcelo Acosta y Nadia Soledad García Amud que juegan mucho para Coqui. Pero después está el sector gustavista encabezado por la mujer del intendente y socio Lidia Élida Cuesta, Andrea Anastacia Charole, y María Elena Vargas.
Y por otro lado quedan los del Frente Integrador con Salvador Jaime Parra Moreno premiado con una Vicepresidencia y Clara Anahí Pérez Otazu. El Frente Integrador, liderado por el ex vicegobernador Bacileff Ivanoff, otro premiado por Coqui con jubilación, es un desprendimiento Justicialista que coquetea con Capitanich más allá que hoy tenga un mensaje opositor.
El problema de las sesiones no es la UCR y su postura opositora. El problema es Hugo Sager. Falta de empatía, falta de capacidad, ingenuidad para dialogar dejando de lado una capacidad básica de todo ser humano, son cuestiones sobradas en el ex menemista a quien Capitanich confió la Presidencia de la Legislatura. Sager no ha conseguido ni siquiera que los aliados acompañen las iniciativas del oficialismos, en muchos casos. Y esa necedad y falta de olfato político esta zanjando profundo. Sager creyó que era lo mismo manejar una intendencia de 2ª categoría que un Poder del Estado.