Sáenz Peña. El gobernador anunció la puesta en marcha medidas de abordaje territorial y acciones de alto impacto para mejorar el acceso a la salud. Sin embargo el hospital saenzpeñense carece de insumos y de acompañamiento de los Centros de Salud que no absorben la primer demanda. ¿Le bajaron el pulgar al soldado más aplicado que Capitanich tuvo durante la pandemia?
La pregunta sobre si Carlos Navarrete dejo de ser del agrado de la ministra Centeno se desprende del concurso de directores lanzado desde el Ministerio de Salud dónde la funcionaria provincial puso límite de edad para la participación, tirando por la banderola a una franja etaria que toda su vida estudio y se capacitó, y en algunos casos (cómo el de Navarrete) a quienes más respondieron durante la Pandemia.
En el anuncio sobre salud el Gobierno a través de Capitanich sostuvo que a corto plazo el plan hace foco en el abordaje territorial y el acceso a prestaciones, medicamentos y medidas que fortalezcan la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades.
Centeno en el anuncio dijo que se entregarán turnos médicos por sistema virtual a través de Tu Gobierno Digital desde septiembre; y se implementará el sistema triage en las guardias de los hospitales del interior provincial; se fortalecerá la distribución de medicamentos y se trabajará en la supervisión en los expendios de los centros de salud y hospitales de la provincia a través del programa Medicar y Medicar 2 dirigido a puestos sanitarios rurales.
Pero la realidad es otra. Hoy en día, y desde hace un tiempo, el Ministerio retacea la entrega de medicamentos e insumos al «4 de Junio», pero Navarrete, soldado disciplinado, nunca exteriorizó nada y buscó «estirar cómo chicle» el presupuesto hospitalario para cubrir los déficit generados por el Ministerio.
Centeno sabe que los médicos no quieren trabajar en Salud Pública por la mala paga y el destrato de la gente que llega a la Guardia de forma agresiva. Esto sucede porque los Centros de Salud no atienden, cierran a las 17 u 18 horas y no hay guardias, entonces la gente termina abarrotada en el hospital que debería mayoritariamente respondiendo ante derivaciones. Zona Sanitaria con asiento en Sáenz Peña hace la plancha. Y todo esto Capitanich y sus aplaudidores locales (incluida la candidata que es resentida por la compañerada y el superministro ex marista) lo saben.
El hermetismo sobre la falta de médicos, equipos descompuestos, medicamentos faltantes, es muy fuerte. Ni Navarrete ni sus codirectores dan lugar a requisitoria periodísticas, mucho menos los jefes de servicios. Todos «empujan el carro» en silencio, pese a los desaires de Centeno o la falta de compromiso de Avalos de Zona Sanitaria, y aunque al gobernador se «la cuenten cambiada» cómo lo hacen desde hace tiempo los «coquistas de paladar negro».