Sáenz Peña. La Termal tiene la única fábrica en el interior, un emprendimiento familiar nacido en la segunda mitad del siglo pasado. Bicicletas Ariel recuperó la dinámica en plena pandemia producto del cierre de fronteras.
La “bici” es hoy el medio de movilidad obligado por el elevado precio de la nafta y una herramienta para mantener la salud física. En el norte argentino las fábricas comenzaron a trabajar mejor, pero por una cuestión ajena a los efectos en la salud provocados por COVID- 19. La reactivación de la industria resultó ser la consecuencia del cierre de fronteras.
En Sáenz Peña existe la única fábrica de bicicletas en el interior chaqueño. El emprendimiento de la familia Avalos nació en la segunda mitad del siglo pasado y recuperó la dinámica en plena pandemia.
“Es importante aclarar y marcar las diferencias que existen entre el norte y el centro del país, donde se ubican las grandes urbes”, explica Ariel Avalos, propietario de la fábrica de Bicicletas Ariel.
“Las industrias de esta parte del país, y las de bicicletas en particular, se resienten mucho por el contrabando de rodados desde Paraguay y Bolivia”, fundamenta el empresario. Añadiendo que “Gendarmería no hace su trabajo de manera correcta para frenar lo ilegal”. Asegurando el industrial saenzpeñense que “la mercadería que pasa ilegalmente las fronteras afecta las economías de las industrias locales”.
La Argentina tiene una triste historia en la industria de las bicicletas. Según relata el empresario, “se perdieron 50 mil puestos de trabajo en la década del 90 que no se recuperaron”.
Resurgir
“La limitación de movilidad en la zona de fronteras y el alto valor del dólar blue, cotización con la que maneja el contrabando, ayudaron a que nosotros podamos mantener nuestra actividad”, refleja Avalos. La producción de rodados se mantuvo “normal” hasta octubre, mes en el que comenzaron a levantarse las restricciones impuestas por la cuarentena. A partir del último trimestre del año 2020 “las ventas fueron importantes”.
El incremento de ventas alcanzó hasta ahora, en promedio, un 30 por ciento. El adicional a este incremento es que se comercializan rodados de una valor económico mayor a las tradicionales. “Las bicicletas que están de moda ahora, y tuvieron aumento en la demanda, son las rodado 29 con cambios. Son las que registran más cantidad de ventas y se comercializan a un precio más elevado que las de modelos tradicionales”, detalla el propietario de bicicletas Ariel.
Generación de trabajo
La reactivación de las fábricas de bicicleta en plena pandemia movilizó al sector “de armadores y venderos” de los rodados que manifestaron su compromiso de generar más puestos de trabajo “si se mantienen cerradas las fronteras”.
“Si Gendarmería hace lo que tiene que hacer y el poder político toma la determinación de cerrar los pasos limítrofes, nosotros podemos alcanzar a duplicar nuestra facturación en menos de un año”, asegura Ariel Avalos. Entendiéndose que “si hay más ventas significa que aumentará la demanda de trabajadores por parte de las industrias”.
“A nosotros nos afecta directamente el contrabando”, remarca Avalos, descartando a las ventas en línea como una competencia negativa. “El problema para nuestra industria es lo permisivos que somos con lo ilegal, las modalidad en línea no es inconveniente, por el contrario es una herramienta que también utilizamos”, remarca.
Demanda
La bicicleta no sólo es hoy un medio de transporte, es también un medio para cuidar la salud”, refiere Ariel Avalos. El empresario indica que desde que inicio la pandemia “las grandes ciudades del país tuvieron un incremento en la demanda de cinco veces la proyección anual que se venía manejando”.
Los fabricantes de bicicletas indican que antes de la crisis sanitaria el crecimiento anual de ventas, en algunos lugares del país donde el contrabando no impacta tan fuertemente, era de un promedio del 20 por ciento.
Al haber una demanda que superó lo proyectado anualmente por algunas fábricas, “se vaciaron depósitos que tenían más cinco años de acopio de materiales”. Esa situación también generó el incremento de los costos de los rodados, “haciendo que por el precio algunos modelos terminen siendo prohibitivos”.
Incertidumbre
La reactivación de las fábricas de bicicletas en el norte del país vino de la mano del cierre de fronteras por la emergencia sanitaria, pero el interrogante es qué pasará cuando la “nueva normalidad” habilite la normal circulación por los pasos fronterizos.
La necesidad de tener certidumbre sobre el futuro “es un reclamo que hacemos todo el sector industrial de nuestra zona”, menciona el Ariel Avalos. “La creación de fuentes genuinas de trabajo en el norte de Argentina depende del cierre de fronteras. El contrabando nos afecta demasiado y ese es uno de los factores que nos frena para incorporar más trabajadores”, aseveró el propietario de bicicletas Ariel.
“Preferimos quedarnos con pedidos sin entregar antes que tomar más personal y al poco tiempo, después de la pandemia, volver a la situación anterior de mínima demanda”, resumió Avalos.