Resistencia. La legisladora pidió a la ex intendenta no olvidarse que el fiscal investiga supuesto lavado de activos y no si hay o no una renegociación de contratos.
En el marco de la causa que investiga la justicia federal sobre supuestos lavados de activos (conocida mediáticamente como Lavado II), la diputada provincial Claudia Panzardi acusó a la exintendenta de Resistencia, Aida Ayala de querer desviar con su estrategia la atención de lo que realmente pasa.
«La actual diputada nacional no debe olvidarse que el fiscal federal Patricio Sabadini investiga supuesto lavado de activos y no si hay o no una renegociación de contratos con la empresa prestadora de servicios del municipio de Resistencia, PIMP SA”, recordó la legisladora chaqueña. En esta línea, rescató el “civismo” y la “hombría de bien” de someterse a más de tres horas de declaración testimonial “soportando las preguntas y repreguntas” de todos los abogados de la partes involucradas. Así, mencionó a las defensas de la misma Ayala, de los dirigentes sindicales y de los empresarios de la construcción (y sus familiares) que participaron ayer de la declaración testimonial solicitada por la jueza federal Zunilda Niremperger. “El gran pecado de Capitanich es haber propiciado diversas mejoras en un contrato que fue hecho a medidas para los amigos de la exjefa municipal, que ahora dice desconocer”, agregó.
Fue más allá y dijo que la exintendenta debería “agradecerle” a Capitanich, ya que hizo y está ejecutando obras que “ella misma prometió en campaña”; con licitaciones y procesos transparentes tal cual la legislación lo establece. Finalmente, le pidió a Ayala que “se concentre más en su defensa” y deje de desviar la atención de lo que realmente sucedió. “Está clara su estrategia de querer ensuciar a Capitanich en algo que no tiene nada que ver.
El actual intendente de Resistencia renegoció términos de varios contratos que quedaron de la herencia de Ayala y que le van a significar a los vecinos un ahorro de unos 1000 millones de pesos”. “Esto sí fue una verdadera pesada herencia”, concluyó Panzardi.