Buenos Aires. En una carta, le agradecen el documento «Desiderio desideravi», le aseguran haberlo acompañado en su peregrinación penitencial a Canadá y destacan lo vivido en la fiesta de San Cayetano.
Los obispos que participan de la 191ª reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) enviaron una carta al papa Francisco, expresándole su comunión y saludo fraterno.
Tras agradecerle la “hermosa” carta Desiderio desideravi, en la que se invita a concentrar la mirada en la belleza de la liturgia, manifestaron haber “peregrinado penitencialmente a Canadá siguiendo tus pasos y gestos”.
“Hace unos días celebramos en todo el país la fiesta de San Cayetano. Bien sabes lo que significa esta fiesta para el pueblo argentino. Suplicamos, como Conferencia Episcopal, junto a nuestro pueblo por pan y trabajo. Pedimos al Señor que no nos falte el pan que alimenta, el pan de los medicamentos de nuestros mayores, el pan de la fraternidad y amistad social”, destacaron.
“Te abrazamos fraternalmente y pedimos tu bendición, en este tiempo de conversión pastoral y sinodal de toda la Iglesia”, solicitaron.
Firman la misiva el obispo de San Isidro y presidente de la CEA, monseñor Oscar Vicente Ojea, y el obispo auxiliar de La Plata y secretario general de la CEA, monseñor Alberto Germán Bochatey OSA.
Texto de la carta
Muy querido Francisco:
Reunidos en Comisión Permanente de la CEA, queremos expresarte nuestra comunión con nuestro saludo fraterno.
Deseamos agradecerte la hermosa Carta “Desiderio desideravi” en la que se nos invita a concentrar la mirada en la belleza de la liturgia que consiste en el misterio de Cristo Salvador, fuente y cumbre de toda la Iglesia.
Hemos peregrinado penitencialmente a Canadá siguiendo tus pasos y gestos donde testimonió con humildad y esperanza, el dolor por los errores y pecados cometidos, así como la renovada confianza en Jesús, el Buen Pastor, que hace nuevas todas las cosas.
Hace unos días celebramos en todo el país la fiesta de San Cayetano. Bien sabes lo que significa esta fiesta para el pueblo Argentino. Suplicamos, como Conferencia Episcopal, junto a nuestro pueblo por pan y trabajo. Pedimos al Señor que no nos falte el pan que alimenta, el pan de los medicamentos de nuestros mayores, el pan de la fraternidad y amistad social.
Te abrazamos fraternalmente y pedimos tu bendición, en este tiempo de conversión pastoral y sinodal de toda la Iglesia. Qué la Virgen de Luján, Madre misericordiosa de nuestra patria, te tenga siempre de su mano.