Sáenz Peña. El domingo 6 de mayo fieles de toda la Diócesis de San Roque se congregaron en laciudad de Quitilipi para participar de la Jornada Diocesana de Alabanzas organizado por el Movimiento de la Renovación Carismática Católica.
Contó con la presencia de María Elena Curuchet, que disertó en varios momentos. El obispo, Monseñor Hugo Nicolás Barbaro llegó para presidir la Santa Misa y compartir parte del encuentro.
Desde muy temprano arribaron las familias de las diferentes comunidades que colmaron la parroquia de San Antonio de esa localidad. En un clima de oración y alegría, Curuchet disertó sobre el deseo de Dios de entrar en la vida de toda persona y llevar adelante un proceso de sanación y reconciliación. Ninguna barrera, por más difícil que sea, puede ser un obstáculo para que Jesucristo derrame su misericordia y ayude a ver la vida de una manera nueva.
Por su parte, el obispo explicó el evangelio dominical donde Jesús llama a amarse unos otros como el Padre lo ama a Él. Un amor que lleva a ayudar al hermano y a dar frutos concretos en las respectivas comunidades y familias. Destacó la obra que lleva adelante en toda la diócesis la Renovación Carismática y como su nombre lo indica deben ser fieles a las luces que da el Espíritu Santo para llevar a toda la Iglesia una “renovación espiritual”.
De manera creativa el evangelio debe ser anunciado a toda persona y manifestar en hechos concretos el amor de Dios que se manifiesta en Jesucristo que se entregó por cada uno hasta dar su propia vida.
Diferentes grupos acompañaron la Jornada con recreaciones y animaciones. Por la tarde continuaron momentos de oración y adoración al santísimo Sacramento. También se realizó momentos de meditación pidiendo la protección de la vida y como ésta debe valorarse en todas sus etapas.
Durante todo el encuentro, varios sacerdotes estuvieron disponibles para impartir el sacramento de la Reconciliación. El padre Criastián Casamitjana, Asesor Diocesano de la Renovación Carismática Católica, agradeció la presencia del obispo como de cada sacerdote. Además destacó el servicio de los diferentes grupos y la disponibilidad de la parroquia de Quitilipi para acoger a todos los fieles y colaborar en cada detalle para vivir un encuentro de tal magnitud.