Quitilipi. Luego del resonante doble femicidio de la maestra jardinera Antonella Altamirano y el profesor Evaristo Saux, la comunidad quitilipense se unió a la marcha del 8M convocada por colectivos feministas para alzar las voces en un fuerte pedido de justicia con el esclarecimiento del hecho.
La convocatoria se cumplió frente al edificio municipal y a ‘lo que queda‘ del banco rojo que se instaló en la plaza central para simbolizar los femicidios, el cual fue vandalizado meses atrás. Desde la organización a cargo del grupo ‘Las Mariposas‘, la profesora Johana Baricheval inició el sentido acto con una fuerte interpelación a los vecinos.
‘Por más que sea chocante escuchar, Quitilipi tiene una cultura femicida, porque no hace un mes asesinaron a Dominga Soto y no nos olvidamos. Hoy lamentamos nuevamente el femicidio de una joven mujer, docente, madre de tres hijos; estamos consternadas, dolidas, hartas de estos actos machistas crueles ¿Acaso no les duele esta realidad? ¿No se hacen preguntas reales y profundas para comprender por qué suceden los femicidios y todo tipo de violencia de género? ¿Vamos a seguir diciendo que las cuestiones de género no tienen importancia para sacar de raíz la violencia? Necesitamos despertarnos, hacernos cargo como sociedad de la responsabilidad que cada uno tiene como ciudadano, como agentes del Estado en todas las instituciones‘, señaló.
«NOS MATAN PORQUE PUEDEN»
La referente llamó después a dejar de ‘vivir del asombro‘ por este tipo de noticias y ‘poner el cuerpo‘ desde el lugar de cada uno. ‘¿Saben por qué matan a las mujeres? Porque pueden. Porque hay una cultura que avala la violencia, por el silencio de la sociedad, por la falta de contención y acompañamiento en red de parte de las instituciones estatales‘, manifestó, insistiendo por la implementación de la ESI en las escuelas y el acceso a la justicia con perspectiva de género, entre otras necesidades para que los derechos sean reconocidos. ‘Recordamos a Dominga Soto, Cecilia Gómez, Juana Gómez, Graciela Sena, Carolina Sosa; justicia por Antonella y Evaristo‘, concluyó.
Una representante de Mumala leyó después el documento nacional ‘El ajuste es violencia‘ que exige al Estado la garantía de políticas públicas de género ante la alarmante estadística de un femicidio.
EL RECUERDO DE COLEGAS
Hablaron también colegas de los educadores asesinados. Desde el instituto Pisarello recordaron al profesor Saux y una compañera de estudios homenajeó a Antonella Altamirano, remarcando ambos sus valores personales y sus expectativas de vida que se vieron truncadas por la violencia machista.
La acompañante territorial de ESI, Carla Zamora, se refirió a la garantía de derechos y la utilización de la herramienta educativa ‘para cambiar el futuro de nuestros niños, niñas y adolescentes‘. La directora Silvia Frete de la Regional Educativa IV-B ofreció a las entidades la atención del equipo de Educación Sexual Integral que está disponible y trabajando en la resolución de problemas.
«MEMORIA RESIDUAL»
La docente Manuela De Domingo, madre de una joven víctima de femicidio, pidió mayor acompañamiento de la comunidad.
‘Hace nueve años venimos marchando con el lema Ni Una Menos, pero Quitilipi tiene la memoria residual; hoy tendría que estar el 80% del pueblo acá, tenemos que hacer escuchar nuestras voces de alguna manera para que las muertes de nuestras hijas no queden en el olvido y que estos casos no sigan pasando‘, manifestó.
Por su parte, Lilian Struciat -en nombre de Las Mariposas-, invitó: ‘Que esto sea el principio del acompañamiento permanente de la comunidad para que no exista nunca más otro femicidio‘.
Reclamo frente a la comisaría
Luego de los discursos se organizó la tradicional marcha del 8M por calles céntricas con pancartas y cánticos para hacer visible el reclamo feminista. La columna se detuvo frente al edificio de la comisaría con el pedido de justicia por el doble crimen.
Allí el jefe policial Ariel Silvano Araujo atendió a los manifestantes y les brindó información de todo lo actuado en la jornada con la intervención de divisiones especiales y equipos judiciales de Presidencia Roque Sáenz Peña.
El caso se encontraba hasta ayer en plena etapa investigativa, con la práctica de numerosos peritajes y la captación de declaraciones de posibles testigos. Mientras tanto continuaba con la búsqueda del exmarido de la docente, sindicado como sospechoso de haber asesinado a puñaladas a ella y a su joven vecino.