Sáenz Peña. El pasado domingo, el obispo de la diócesis de San Roque de Sáenz Peña, presidió una misa en la Catedral, ceremonia en la cual hizo referencia a la defensa de la vida bajo el contexto del proyecto de ley que ahora se encuentra en manos del Senado, y que tiene el objetivo de legalizar el aborto.
El obispo Hugo Barbaro se refirió al debate durante la celebración religiosa llevada a cabo en el cuarto domingo de adviento.
Y reflexionó: «Con la respuesta de María comenzó a existir en ella el Hijo de Dios. Estamos rezando, y le pedimos a la Santísima Virgen por la defensa de la vida del que aún no nació. Con tanta facilidad de noticias, tal vez guardemos alguna imágen terrible de condenados a muerte por la crueldad humana, pidiendo clemencia para poder vivir. Es duro pensar que nos piden clemencia tantos no nacidos en todo el mundo. Son fuertes los testimonios de médicos líderes en la práctica abortiva contando cómo han captado que destruían vidas humanas. Su arrepentimiento público los llevó a trabajar a nivel mundial por la defensa de la vida. Roguemos a Dios por las puertas de la Navidad, que encienda luces en la mente de quienes no valoran las vidas de los no nacidos, que las encienda en nuestros legisladores que tienen la gran responsabilidad en la decisión que se debate».
Con un ejemplo, Barbaro hizo hincapié en la presión de las mujeres y la ayuda para mirar al futuro con esperanza: «Hace años leí una novela breve de una conocida escritora italiana. Se trataba de una chica humilde que fue drogada y abusada por su patrón y unos amigos. El patrón la echó pero dejó pagado el aborto en una clínica. Ella fue a ese sitio, y con la preparación abortiva que debía en la mano, se sentó en una plaza a llorar. Estaba destruida por el mal que le habían causado, humanamente estaba en callejón sin salida; estaba sola en un país extranjero y sin trabajo, no tenía adonde ir. Lloraba pensando que iba a odiar a esa criatura porque en sus rasgos descubriría al violador. Estaba quebrada por la herida profunda que le habían causado; en medio del dolor entendió que ahora esos delincuentes la estaban forzando a una herida peor, a algo que nunca había hecho: a odiar y a destruir una vida. Le faltaban fuerzas, pero de repente se levantó decidida a no dejarse destruir ella misma más de lo que estaba; tiró en un basurero lo que le habían dado en la clínica, y empezó a caminar hacia el futuro, con alegría y con paz, había triunfado el amor».
Luego, animó a imitar a los primeros cristianos, con su «fuerza evangelizadora»: «Esto hacían los primeros cristianos; con heroísmo, y lograron que se fueran transformando la familia, que la sociedad sea más humana, y no sigan sucediendo atrocidades. Hoy como entonces la ausencia de Dios es como las cataratas en el ojo, un velo que impide ver dónde está el bien. Somos los brazos de Cristo para que la luz de Dios, su Gracia, llegue a todos los sitios».
Actividades por la vida
Siguiendo la invitación de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, los fieles con sus respectivos párrocos realizan actividades y celebraciones pidiendo por la defensa de la vida. Entre los eventos destacados se encuentra la caravana por la vida que llevaron a cabo todas las parroquias de Presidencia Roque Sáenz Peña el pasado 7 de diciembre. Un nutrido número de vehículos y con las medidas sanitarias, recorrió toda la ciudad y se difundió por distintos medios. Asimismo, se continúan organizando jornadas de oración y ayuno en las distintas parroquias, se ofrecen misas por la vida; también varios municipios se declararon ciudad pro-vida.