Sáenz Peña. La expresión es de la Jefa del Servicio 107 y Área de Febriles del Hospital 4 de Junio, licenciada Noelia Santa Cruz, quien recreó en LT16 la tarea realizada en 15 meses.
La licenciada en enfermería, tras los anuncios gubernamentales de flexibilización, visitó la emisora y expresó que «el trabajo normal del servicio se interrumpió el día en que el director Carlos Navarrete nos convocó e hizo una reunión para salir a hisopar, una tarea que nadie quería hacer».
Según narró «nadie sabía de eso, nos preguntábamos cómo manipular la muestra, cómo tomarla, cómo trasladarla, cómo tocar los elementos, las preguntas eran muchas y el miedo también». Dijo que se le preguntó a todo el equipo quién quería seguir, y los 25 que conformaban ese grupo dijeron que sí, «y nos preparamos para ir a los domicilios», dijo.
Recordó que «la doctora Piedrabuena y la doctora Fontán nos capacitaron previo a ir a los domicilios para saber cómo tomar la muestra, y entonces la bioseguridad pasó a ser un integrante infaltable en los equipos conformados».
Santa Cruz recreó: «hacíamos prácticas entre nosotros, de cómo vestirnos, de cómo sacarnos la ropa, un guante, el miedo nos acompañó siempre, pero el trabajo y responsabilidad fue constante. Salíamos de noche, porque los vecinos te miraban raro, muy tarde lo hacíamos, porque una ambulancia en un domicilio era un gran problema para el paciente que debía lidiar con sus vecinos, el miedo era una constante».
Recordó que «hisopar a un niño era un tema muy fuerte, toda la familia lloraba, y eso generaba un gran estrés». Ese equipo, según dijo, estaba conformado por una ambulancia y 5 enfermeros, éstos ocupaban una ambulancia y hacías hasta 300 hisopados por días, cuando no había test rápido. «Llegamos a realizar 500 test rápido en Febriles, y superábamos los 1000 en la ciudad con las postas, en una semana en Febriles llegamos a 1700 por semana», citó.
En medio de todo lo que se vivía la profesional recordó que «tuvimos que ir a otras localidades a hisopar, mucha gente del interior venían a Sáenz Peña», y remarcó también que «el Hospital 4 de Junio capacitó a todos los hospitales y clínicas privadas del interior, fue una decisión muy bien tomada por el director Carlos Navarrete».
«Las capacitaciones fueron constantes durante toda la pandemia, tuvimos que hacer simulacros en los hospitales para que el personal sepa como ingresar un paciente sospechoso, cómo tomar la muestra, cómo trabajar con los elementos, y aquí en Sáenz Peña lo hicimos en las clínicas dándoles pautas para implementar el triage», aseguró.
Sobre las decisiones tomadas por la conducción hospitalaria, Santa Cruz mencionó que «nadie puede decir que en algún momento faltó insumos para esta tarea que hicimos, el director Carlos Navarrete y su equipo de conducción, se pusieron la camiseta en esta pandemia y creo que nuestro hospital no hubiese sobrellevado la pandemia si el licenciado Carlos Navarrete no hubiese estado al frente del nosocomio, estuvo en cada detalle siempre. Jamás faltó elementos, hubo una gestión increíble, sostenida y muy presente, el personal de salud sabe que hubo un acompañamiento muy presente, y eso se observó tanto dentro como fuera del hospital».
Finalmente reconoció que «volver a la casa era difícil, venir trabajar junto a los pacientes, en especial con pacientes que debíamos trasladar siendo riesgoso porque iban ventilados en la ambulancia, eso fue muy especial, muy difícil, hubo mucha contención entre nosotros pero también la familia porque en un momento éramos mirados con mucho celo hasta por nuestros vecinos porque sabían que trabajábamos en salud».