Sáenz Peña. Cada año desde el Seminario Diocesano Cura Brochero se acompaña a casi un centenar de jóvenes varones que habitualmente participan de los encuentros mensuales de formación, oración y recreación.
Además, en los meses de enero y febrero, se organizan actividades de misión y catequesis en comunidades del Impenetrable chaqueño, y en algunos barrios periféricos de la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña.
El 2020 marcado por la pandemia ayudó a los seminaristas a formarse y aprovechar más en el “mundo” de las redes sociales. Allí descubrieron su utilidad y sus beneficios para encausar numerosas actividades pastorales virtuales. Se realizaron talleres, retiros, novenas, entre otras propuestas con las cuales llegaron a más jóvenes de las distintas parroquias de la diócesis.
Por otra parte, en enero y febrero, ante la imposibilidad de grandes reuniones, se suspendieron las misiones previstas como otros años. No obstante se optó multiplicar las actividades presenciales en reducidos grupos, adaptando los lugares con los protocolos vigentes por la pandemia.
Durante los dos primeros meses del 2021, un nutrido grupo de varones paso por el Centro de Espiritualidad de Sáenz Peña y participó de la formación cristiana, los momentos de oración, como recreación y deportes. Varios de ellos y sus familias comentaron los beneficios de esta modalidad de pequeñas convivencias: El hecho de que se pudo reunir pocos chicos los llevó a aprovechar mejor las propuestas, a profundizar su vida de fe y conocerse más entre ellos.
Para cada encuentro fue de vital importancia no solo la organización desde el seminario Cura Brochero, sino el acompañamiento de los sacerdotes de las distintas parroquias. También el obispo, Monseñor Hugo Barbaro, pudo acompañar algunos momentos. Además de compartir algunas Misas, charlas y diálogo con los presentes, aprovechó para alentar a las familias a no desanimarse ante los nuevos desafíos donde es esencial poner a Dios en el centro de sus vidas, de sus estudios y de los amigos.