Sáenz Peña. Es increíble que el Gobierno de Bruno Cipolini tenga entre sus dirigidos personas tan desaprensivas e irresponsables como Tomás Avalos. Este personaje, que debiera predicar con el ejemplo, durante toda la pandemia, dicen, se mostró amigo de las fiestas y las juntadas, las mismas que la Municipalidad busca desalentar.
Juan José Fuentes Castillo, funcionario integrante del Comité de Emergencia, hasta el cansancio pide a la ciudadanía por «la responsabilidad individual», la misma que este pibe, identificado en las redes como @tomasavalosok_, la tomo con liviandad y total falta de respeto hacia tantas familias que se revuelcan en el dolor de haber perdido un familiar sin siquiera poder despedirlo, o el esfuerzo de tantos médicos y enfermeros que desde hace eternos meses no consiguen descansar y están temerosos de contagiarse por un error.
En las redes sociales, donde hace galantería de su permanente participación en actividades oficiales del área dl que pertenece como Secretaria de Desarrollo Humano y Deporte, además de ocupar un cargo en la Juventud Radical, enseñó este este viernes imágenes de él divirtiéndose en un baile, en un local bailable ubicado en calle 12. Minutos antes de asistir el propio Tomás Ávalos publicó una encuesta en redes sociales una foto de su carnet de vacuna (con una dosis?) preguntando: Marttina hoy? Qué pensará el secretario Germán Rearte de estas actitudes? Convalidará un acto déspota tan grotesco y lastimoso para toda la sociedad?
La actitud de Ávalos, ¿la dirigencia futura que nos espera?, es indescriptiblemente repudiable. Más en un contexto tan delicado. Habrá visitado alguna vez una sala de terapia UTI Covid? Sino lo hizo, a modo de tomar conciencia de los que se vive, debería hacerlo. Conocerá el sentimiento de una madre llorando por la muerte de su hijo, una esposa llorando por su compañero de vida, o un marido envuelto en lágrimas y dolor por la partida inevitable de la madre de sus hijos? En todos los casos sin poder despedirse, sin un último besos, sin una última caricia a una piel fría inerte, envuelta en una bolsa negra que luego es sepultada bajo tierra.
El Gobierno local, ni provincial, ni ningún orden del Estado debería permitir seguir lastimando la política con personajes sin empatía alguna, lejos del dolor real de la gente, con actitudes individuales que suenan a burla, y que terminan, no siendo el ejemplo que esperamos, sino un efecto multiplicador de lo que hoy no debemos hacer. Y a los que además se le paga un sueldo.