(*) Por Domingo Peppo
En mis habituales recorridas por el interior de la provincia, me encuentro a menudo con compañeros de lucha y trabajo algunos de larga data, otros más nuevos. Con ellos hemos compartido valiosos momentos trabajando para el pueblo. Hoy nos encontramos nuevamente charlando y proyectando nuevas propuestas con el mismo objetivo, y en el mismo camino.
En estas recorridas me he cruzado con varios intendentes, y tras escuchar las coyunturas que atraviesan y los vaivenes del trabajo cotidiano, merecen un reconocimiento. Permanentemente están gestionando soluciones para los habitantes de sus pagos, sus compueblanos, tanto en la capital de nuestra provincia como en Buenos Aires, porque, como versa el dicho popular, “Dios está en todas partes, pero atiende en la capital”.
Conozco muy bien la labor que los jefes comunales llevan adelante, dado que fui intendente de la ciudad de Villa Ángela por tres períodos. Sé lo que es tener que salir en horas muy tempranas del hogar para llegar a primera hora a Resistencia y realizar trámites en el transcurso de la mañana, recorriendo ministerios, secretarías y tantas otras reparticiones del Estado. Siempre teniendo un objetivo claro: poder llevar soluciones a sus habitantes. Y luego a la siesta emprender viaje nuevamente al lugar de origen para seguir atendiendo las necesidades de su gente, y seguramente llevando un enfermo o alguien de su pueblo que no tiene cómo volver y es el intendente quien lo trae.
Tan valioso es el trabajo que realizan los intendentes que, durante mi gestión como gobernador de la provincia, ordené a todos los funcionarios del gabinete que éste sea un gobierno de puertas abiertas, de atención y respuesta con celeridad y prioridad. Para mí no había intendente de pueblo chico o pueblo grande.
La modernización del Estado debe ir de la mano del respeto para con todos los ciudadanos, y ese respeto comienza con la eficiencia en la atención, en los procesos y en las respuestas, y el rol en estos procesos del jefe comunal es central.
Hablando con un amigo intendente de la zona oeste de la provincia, coincidíamos en que quedó en evidencia la importancia de la gobernanza multinivel y la articulación entre los diferentes niveles de gobierno, ya que se traduce en fortaleza para dar respuesta coordinada y efectiva a las necesidades de la población. Respetar y consolidar la autonomía local es profundizar la gestión más cercana a la población.
Por todo esto, quiero felicitar a todos los intendentes e intendentas de la provincia que tienen puesta esta camiseta, que son la gran mayoría, y reconocer el trabajo que realizan día a día, ya que muchas veces no son considerados en lo que representan y su rol político de dirigentes de primer nivel de la política chaqueña.
Quiero refrendar mi compromiso para con ellos y toda la ciudadanía creando este espacio de diálogo y consenso, trabajando y proponiendo lazos duraderos de cooperación, construyendo un proyecto comunitario con la concurrencia de diferentes miradas e intereses sectoriales, y aprendiendo de los errores, para que todos los pueblos de Chaco, sin distinción del intendente que elijan, cumplan sus sueños y objetivos.
(*) Ex gobernador del Chaco y ex intendente.