26 diciembre, 2024

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Mons. García Cuerva presidió la invocación interreligiosa en la asunción de Javier Milei

Buenos Aires. El arzobispo porteño pidió que el espíritu de Dios «bendiga e ilumine nuestra patria argentina, al pueblo todo y al gobierno que comienza». También hicieron su plegaria representantes de otros credos.

En el marco de su asunción presidencial, Javier Milei participó este domingo de una invocación interreligiosa que presidió el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, monseñor Jorge García Cuerva, en la catedral metropolitana. Asistieron autoridades de diferentes credos, del ámbito político y de las diversas fuerzas de seguridad.

Al inicio de la invocación, monseñor García Cuerva pidió la intercesión del espíritu de Dios “para que bendiga e ilumine nuestra patria argentina, al pueblo todo y al gobierno que hoy comienza su gestión”.

Al reflexionar sobre la narrativa evangélica, el prelado señaló: “Nuestro país es nuestra casa. Somos conscientes de que nuestra casa ha sufrido y sufre muchas tormentas; sufre torrentes de exclusión, de dignidades pisoteadas, de inflación, de grietas, de intereses mezquinos, de desencanto y de sueños rotos”.

«Por eso, hoy nos toca a nosotros recordar, reforzar y valorar los cimientos que nos permitieron mantener viva la esperanza en los momentos más acérrimos, porque siempre es posible renacer si lo hacemos entre todos”, agregó.

Monseñor García Cuerva consideró que “es necesario aprender a reencontramos y reconocer que somos una comunidad; dejar de lado personalismos y generar consensos y acuerdos que permitan, a la creatividad y a la audacia, abrir nuevos caminos», y advirtió: «Hay muchos hermanos nuestros al borde del camino que quieren ser parte viva de esta construcción”.

El primado argentino aseguró que “habrá tormentas inesperadas como fue, por ejemplo, la pandemia de Covid, de la que aún hoy nos duelen tanto sus consecuencias, pero tenemos que advertirnos de las tormentas que nosotros mismos podemos crear, y con las que hacemos tambalear la casa, nuestro querido país: las tormentas de la intolerancia, del sentirnos dueños de la verdad, los oportunismos políticos, los mensajes de desesperanza y pánico, el creer que cuanto peor, mejor”.

“Un vendaval de conflictos y enfrentamientos que nos urgen a la reconciliación y a la paz”, sostuvo, y concluyó: “Hoy es revolucionario sostenernos en la esperanza y crear oportunidades; por eso invocamos al Espíritu Santo, fuerza y amor de Dios, para que nos ayude a fraguar los cimientos de la Patria, y así, entre todos, construir nuestra casa, nuestra amada Argentina”.

Milei hizo a pie el trayecto desde la Casa Rosada a la catedral, acompañado por la vicepresidente, Victoria Villarruel, y gran parte de su gabinete. Al llegar, fue recibido por el rector del templo, presbítero Alejandro Russo, y luego por monseñor García Cuerva. También se acercaron a saludarlo el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea; y los obispos auxiliares Gustavo Carrara, Joaquín Sucunza, Ernesto Giobando SJ y Alejandro Giorgi.

También estaban presentes en el templo el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, y el enviado papal, el arzobispo Alberto Ortega Martín.

Además del arzobispo de Buenos Aires, participaron de la invocación religiosa el arzobispo ortodoxo griego Iosif Bosch; el obispo anglicano Brian Williams; el representante de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), pastor Christian Hooft; el rabino ortodoxo Axel Wahnish (consejero de Milei) y el sheij Salim Delgado Dassum, representante de la comunidad islámica. Cada uno de ellos leyó una invocación con buenos deseos para el flamante presidente de la Nación.

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