Resistencia. El proyecto con el que se busca habilitar la compra de pistolas electrónicas tipo Taser para la policía provincial está muy cerca de convertirse en ley. La iniciativa del diputado Ernesto Blasco obtuvo dictamen favorable y está en condiciones de tratarse en el recinto en la próxima sesión ordinaria.
«El Chaco va a ser la primera provincia que va a tener esas herramientas por una ley propia», sostuvo el legislador. Su propuesta forma parte de lo que adelanta la Ley de Seguridad Provincial (2011J, artículo 6º), en cuanto a que el Poder Legislativo también tiene injerencia en mecanismos que contribuyan a una mejora de ese servicio.
Con protocolo
La norma contempla delegar en el Ministerio de Seguridad y en su Subsecretaría de Seguridad la puesta a punto del protocolo y entrenamiento del personal destinatario.
Blasco remarca que la idea es que no todos los agentes usen las armas inicialmente. Además, como en otras jurisdicciones, el protocolo es estricto por lo que cada vez que se active una pistola Taser es indispensable que ese procedimiento esté acompañado de la presencia de una ambulancia para garantizar atención médica inmediata a quien reciba una descarga eléctrica. Si bien es un aparato de baja letalidad, también se considera ese aspecto.
Los costos
En cuanto al presupuesto, el diputado Ernesto Blasco adelantó que es un aspecto que va a manejar el Ministerio de Seguridad, aunque «la erogación no será tanta porque solo las van a portar grupos especiales».
El precio de una pistola ronda los 1.200 a 1.500 dólares, en distritos como la Ciudad de Buenos Aires la primera compra fue de 60 pistolas lo que equivale a una inversión de 60.000 a 75.000 dólares (para tres millones de habitantes). «No es una erogación muy grande si se considera que el equipamiento completo cuesta menos que la compra de un vehículo para patrullero», comparó.
Cómo funcionan
Las pistolas forman parte de las nuevas tecnologías que cuentan las fuerzas de seguridad en el mundo para inmovilizar a una persona. Con los dispositivos se busca básicamente generar una descarga eléctrica de 400 voltios a través de unos cables especiales.
La descarga dura cinco segundos, que es el tiempo que se considera suficiente para reducir a alguien que representa una amenaza para sí mismo o protagoniza una situación de violencia que pone en peligro la vida de terceros.