Neuquén. El obispo propone claves espirituales para este tiempo litúrgico, anima a mirar la realidad con hondura y a prepararse interiormente para la Navidad en medio de fragilidades y búsquedas profundas.
El obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, ofreció una reflexión pastoral para transitar el final del año y adentrarse en el tiempo de Adviento y Navidad, en un contexto que -según señaló- llega «al ritmo vertiginoso» de múltiples actividades que se cierran y de proyectos que dejan su huella en el ánimo de las personas.
El prelado neuquino destacó que este período litúrgico llega como «un respiro necesario, un espacio para reencontrarse con la certeza de que Dios viene: se hace cercano, habita en la vida concreta y busca reconciliar, unir y sembrar paz».
Para ilustrarlo, retomó palabras de Benedicto XVI sobre la presencia de Dios que se acerca a la humanidad «para traer a las personas, a las familias y a los pueblos el don de la fraternidad, la concordia y la paz».
Palabras para vivir el Adviento
Croxatto propuso varias claves espirituales para comprender este tiempo:
- Dignidad: el Adviento recuerda que es Dios quien revela la grandeza del ser humano y lo invita a reconocerse amado.
- Riesgo: implica abandonar caminos desgastados y abrirse a la novedad de un Dios que se hace hombre en la humildad del pesebre.
- Espera: es la actitud nupcial de un pueblo que aguarda al Señor como a un esposo que llega al encuentro.
- Mirada: supone elevar la vista hacia el clamor de quienes sufren y mantener la esperanza en un horizonte liberador.
- Crisis: invita a atravesar fragilidades sin dejarse seducir por discursos que halagan pero no dan vida.
- Vida: es la fuerza que levanta lo que está caído, la ternura que abre lo cerrado y la mano que acompaña a quienes buscan consuelo.
- Jesús: en Él se cumple la promesa; es la presencia que se aproxima, el amor que se entrega sin reservas y la certeza de que «no seremos nada sin Él».
El obispo destacó también la figura de María, «mujer del Adviento», modelo de quien sabe esperar y preparar el corazón para recibir al que viene, recordando que sin Cristo «nada podemos hacer».
Prepararse para la Navidad
Monseñor Croxatto animó a que este Adviento sea un tiempo para detenerse, ordenar el corazón y dejarse sorprender por la cercanía de Dios en medio del cansancio, los desafíos y las luces y sombras del año que concluye.
El obispo neuquino invitó a permanecer atentos a la presencia de Jesús que llega como amigo y a caminar hacia la Navidad con una fe renovada, abiertos a la dignidad y la vida que el Señor ofrece.
