Sáenz Peña. El principal responsable de la «no realización» es el mismísimo Gobernador. Peppo se dejó taponar los oídos por un sector que interpuso los entripados internos jamás salvados. Mientras tanto Sáenz Peña sigue sin su gran vidriera.
Que el Gobierno provincial haya manifestado que apoyará este año nuevamente la realización de la Expo Feria de Colectividades (que de hecho está más que bien) y aún no se defina sobre la edición 2018 de la Fiesta Nacional del Algodón que continúa siendo presa de una disputa interna sin sentido cimentada en la intolerancia y la falta de madures, amalgamada por la mezquindad de la dirigencia política del PJ local.
En Sáenz Peña la interna, que jamás limo asperezas, hizo que algunos actores (peppistas de la primera hora) taponaran los oídos del Gobernador, y éste,por sugerencia del hoy preso Horacio Rey le bajara el pulgar a la Fiesta.
Peppo prometió el año pasado revitalizar la Fiesta. En una reunión con el Intendente local anunciaba la realización para la primera quincena de octubre, hablaba de refacciones en las instalaciones y la instalación del Museo del Algodón. Nada se cumplió. Peppo mintió groseramente.
También el ex secretario de la Gobernación, hoy preso por corrupción, hablaba el año pasado de la organización de la Fiesta Nacional del Algodón, asegurando que se realizaría incluyendo la participación de distintas áreas del Estado, los municipios, productores de algodón y entidades del rubro.
El Gobierno les sacó el apoyo a la Fiesta en 2016. Y desde entonces, alimentados por los informes que el ala peppista más cruda hacía llegar, se habló de no permitir convertir la Fiesta Nacional del Algodón en una mera fiesta bailable, con beneficios económicos para unos vivos.
La posesión del predio, la instalación de un negocio familiar gastronómico sin control alguno, y los fondos millonarios del CFI, eran cuestiones que alimentaban las diferencias entre peronistas.
Peppo recientemente volvió a reunirse con Cipolini y hablaron nuevamente de la FNA. El Gobernador volvió a comprometerse en hacer la Fiesta, en noviembre según se dijo.
Pero hasta ahora formalmente no hay nada. Se sabe que las diferencias en las filas del Peronismo pesan porque muchos creen que la Fiesta, hoy rehén político del peronismo y ayer de la UCR y sus aliados, es una vidriera tipo trampolín.
Peppo quiere la FNA, como todos (se cree). Pero el problema esta en quienes la han organizado, porque no son «del palo». Por eso desde hace un año el predio está cerrado con candado y con custodia privada, pero sin mantenimiento. La gran inversión en infraestructura realizada hace un tiempo hoy luce descuidada.
Todos los actores políticos en el Peronismo (con el acompañamiento silencioso de la dirigencia radical) siguen jugando a la interna inagotable y está sigue condicionando la realización de la Fiesta Nacional que mientras no se realiza en Sáenz Peña se hace fuerte en Avellaneda Santa Fe.
¿Qué le pasa a Peppo con los saenzpeñenenses? ¿Será que en verdad quiere llevarla a otra localidad, como su Villa Angela? ¿Tanto cuesta que Peppo baje a Sáenz Peña y se reúna «con todos» y no dejarse llevar por boca de ganso de los que sucede? ¿Nadie esta dispuesto a deponer su mezquindad en favor de una vidriera que pone a Sáenz Peña en el contexto nacional? ¿A quien se le ocurre tan torpemente pensar que la FNA pueda servir como trampolín político?
Hay muchas otras preguntas. El PJ saenzpeñense las conoce, y prefiere callarse, no responder, no abrir el debate sincero porque eso significaría sacar los trapitos al sol y como se suele decir en el PJ «la ropa sucia se lava en casa» aunque la mierda salpique a todos y tengan que salir luego a poner cara de «acá no pasó nada». De Peppo (Gobernador y Presidente del PJ) es hoy la responsabilidad.