Buenos Aires. El denominado dólar soja o más bien el tipo de cambio diferencial de $200 para la exportación de la oleaginosa generó un aluvión de ventas por parte de los productores. A la fecha se estima que se comercializaron alrededor de 4,6 millones de toneladas, pero lo cierto es que la medida también generó una caída en los precios del producto en la plaza local. Acopiadores le enviaron una carta al ministro Sergio Massa.
A partir de este escenario, la Federación de Acopiadores solicitó al Gobierno que se extienda el estímulo hasta el 31 de octubre con el objetivo de que los valores locales no se continúen depreciando en los próximos días.
Concretamente, luego de analizar las derivaciones de la aplicación del Decreto 576/22, orientado a incentivar las exportaciones de soja, la Federación de Acopiadores de Granos envió una carta al Ministro de Economía, Sergio Massa, en la que solicita prorrogar, de manera inmediata, el estímulo a las ventas de soja con destino a la exportación hasta el 31 de octubre de 2022. “De esta manera la oferta se podrá encauzar en volúmenes mejor distribuidos en el tiempo y así lograr que los vendedores reciban el precio de un mercado más representativo”, sostiene la carta.
Tras aclarar que “toda medida de intervención genera alteraciones en el proceso de descubrimiento de precios” y que “no es sencillo decretar incentivos a mitad de campaña sin que se produzcan efectos distorsivos entre productos y sectores”, la Federación de Acopiadores destacó que “se ha producido un comportamiento asimétrico entre los precios internacionales y domésticos que afecta la situación del mercado interno”.
Los acopiadores argumentan que “si bien la capacidad teórica de pagos en el mercado FAS de la exportación e industria es -por definición- un ejercicio teórico, no hay dudas que existen rangos explicables de alteración. Hoy dichos rangos se han perforado marcando un precio a los productores de 30/40 por tonelada inferior al de paridad”, explican desde la Federación.
Para los acopiadores, “la corta duración de este estímulo (20 jornadas hábiles) ha provocado un efecto “puerta 12” donde se está produciendo una enorme presión de oferta mientras la demanda ajusta por precio. Son veinte jornadas que se reducen aún más, pues al día 30 de septiembre lo que se vendió debe estar entregado y liquidado”.
“Es necesario normalizar esta situación y restablecer las señales de precios en orden a minimizar las distorsiones y evitar desequilibrios en los esfuerzos”, concluyen los acopiadores en su carta al Ministro Massa.
En este marco, según detallaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario, apenas comenzó regir la medida la tonelada de soja se negociaba en la plaza local hasta $72.000 pero luego su precio fue perdiendo terreno hasta los $65.000. Este escenario significa entonces, a pesar de la mejora en el precio, un perjuicio directo para el productor.
Más allá de esta situación en particular por el momento desde el Gobierno adelantan que no está en carpeta extender la medida que fue implementada de manera excepcional solo durante septiembre. El plan es entonces robustecer las reservas lo máximo posible durante las próximas semanas y administrar además los dólares que lleguen de organismos internacionales que está negociando el ministro Massa.
El mensaje cerrado en el Gobierno hacia los productores es que aprovechen a vender lo máximo posible durante septiembre ya que de la mano del tipo de cambio de $200 de cualquier manera resulta en una ecuación de retenciones cero para el productor.