Por Dante Moreira (*)
Se podría decir que existe hoy un paralelismo entre los procesos políticos de nuestro País, que también se ha visto y se ve en el proceso electoral que está viviendo la democracia de Brasil, y que se denomina “que jueguen los titulares”, esto es, los verdaderos depositarios de poder, y diríamos que es un buen ejemplo para lo que tiene que pasar en el Chaco”.
En nuestra realidad vemos que “de un lado, el ex gobernador del Chaco, Angel Rozas, es en la realidad de las cosas, nuevamente la figura más aglutinadora de todo el arco opositor, por una condición que se fue dando durante algunos años y es la que el ex gobernador radical no dejó de militar su centralidad, y actualmente ya conduce -también nuevamente repito- toda la Unión Cívica Radical de nuestra provincia. Y se da luego de tropiezos que supo tener su espacio político que -por un tiempo- llevó casi a torcer su liderazgo (el de Rozas) con recordados aunque efímeros liderazgos como el de Aída Ayala –que parecía una aplanadora en su momento-, también aunque en menor medida, Alicia Azula en sus alianzas con Roy Nikisch; o los liderazgos más tímidos como los que tiene la familia que gobierna Sáenz Peña, el padre Gerardo Cipolini ex intendente actual diputado nacional, y su hijo hoy intendente Bruno Cipolini, que tienen un protagonismo que siempre sobrevuela pero no arranca en la faz provincial.
Párrafo aparte de algunos condimentos especiales (lo digo por vivir en la ciudad termal y por testigo presencial de los vaivenes políticos) y es que éste (al parecer imbatible liderazgo) tiene sus causas en la falta de decisión política por darle a la ciudad un horizonte justicialista para un mejor gobierno; el cuasi sostenimiento del status quo local por pasividad política del Justicialismo en su conjunto; todo lo que lleva a la política ciudadana una trampera casi sin salida y al peronismo a la imposibilidad de competir.
Sin abundar, si en 1995 nació en Angel Rozas una decisión de gravitar en la ciudad termal tomándo el poder para el radicalismo en 1999; esto nunca nació desde 2007 con un gobierno provincial justicialista. Por ende, creer que las derrotas del peronismo termal solamente se deben a responsabilidades locales es un simplismo obsceno.
Por ello, y volviendo al tema de los titulares, y con todo el respeto que merecen todos los candidatos lanzados por la oposición, creo que ni Leandro Zdero de Sumar (quien en 2021 tuvo un protagonismo producto del peso de la ayuda de Convergencia Social), ni el polinizador Juan Carlos Polini, ni los candidatos de espejismo como Cipolini, como opciones radicales dentro de JxC, pueden competir en estas condiciones dejando de lado los liderazgos reales”. Por eso en las elecciones a gobernador que vienen en 2023, los principales candidatos de oficialismo y oposición tienen que ser Jorge M. Capitanich y Angel Rozas”.
Así se da va dando este escenario de cierto paralelismo entre los procesos políticos de algunas democracias Latinoamericanas, en Argentina, pero también las realidades locales, donde “deberían jugar los titulares, los líderes de peso, los que tienen la capacidad de resumir en el tiempo los ejes del poder de manera concreta”.
Esto se demuestra en Argentina, donde es difícil construís alternativas sin la influencia de los verdaderos titulares del poder, y sucedió hace unos días en Brasil, donde los procesos determinaron que compitan los titulares, como Lula y Bolsonaro; y es un dato derivado de que “los liderazgos no se transmiten ni por herencia ni por decreto”. Puede suceder en el país, y aquí en Chaco, porque no se puede hacer política con los suplentes.
Podría darse hasta una mejor y más sana competencia, desligada de sospechas o interferencias, si es que en el Chaco se genera esta competencia entre los líderes y dirimir esa cuestión para un lado y para el otro. O es Rozas que maneja la UCR o es Capitanich, ya que a decir verdad, tampoco en el oficialismo ha nacido o se ha dejado construir algo nuevo, pese a los discursos de ocasión.
La política en síntesis siempre vuelve a una necesidad: “hay que hacer lo simple, lo posible, y decir las cosas como son, porque los dirigentes deben reflejar cabalmente la realidad de sus comunidades. Y la política se hace con realismo, por lo tanto, debemos reconocer el grave escenario que vive el Peronismo como espacio, el espíritu decaído, el casi nulo pensamiento, la pérdida de la esencia, las internas que envilecen, la desventaja para competir que tenemos en algunos conglomerados como Sáenz Peña, la división política que se da en la capital Resistencia, para poder esclarecernos y asegurar la continuidad de un proceso que ha sido transformador, pero aún así no logra asegurar de pleno su continuidad.
Nuestro humilde pensamiento, obvio resulta, tiene un cierto condicionamiento de entrada, y resulta de no ser ni tan importantes en la discusión política, y también del cierre de canales de discusión políticas vitales para encarar lo que viene; de estos temas no se hablan, porque vivimos la etapa de funcionarios que no quieren ser molestados para discutir, que andan en las selfies del algoritmo META (meta Facebook, meta instagram..) o algunos cuasi productores de espectáculos desde el estado, o empresarios de obra pública.
Aunque esto es la realidad objeto de conversación con todos nuestros vecinos y ciudadanos compañeros, militantes.
“Lo nuestro es solo una opinión” Por eso expreso que “Si el Dr. Rozas estima que con candidatos de poca monta (con todo el respeto que se dispensa) se puede generar alternancias es un error, pues los liderazgos no se transmiten; Y por otra parte, si nuestro gobernador no compite, también estamos en problemas, puesto que su ausencia condiciona todo el frente gobernante”.
Y advertencia aparte para la cuestión Sáenz Peña, que podría convertirse en un problema cierto luego de tanto tiempo para el oficialismo provincial, que con una realidad diversa y diferente al resto, el desdoblamiento de las elecciones locales le quita todo el peso a la UCR provincial, y a la par, un beneficio hasta ahora indiscutido al oficialismo provincial, en un esquema raro de ciertos acuerdos en el aire que podrían haber nacido en el 2011 y nunca se intentó destrabar. Eso trajo una cuasi destrucción del Peronismo local como oferta viable y que hoy no está en condiciones de competir, y por algo será.
(*) Abogado – Dirigente Justicialista