18 mayo, 2024

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Cipolini dice que aún esperan que llegue la ayuda prometida

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Sáenz Peña. El jefe comunal de Presidencia Roque Sáenz Peña, Gerardo Cipolini, dijo que en esa ciudad hay un “escenario casi de normalidad”, aunque hay varios barrios que están anegados. «En la zona rural está complicado. Es lo más grave”, señaló, para agregar que esperan la ayuda prometida por el gobierno provincial.

Estamos casi en un escenario de normalidad. El pronóstico de grandes lluvias para hoy jueves no se cumplió. Tenemos agua en los barrios que tradicionalmente se anegan, pero el resto está bien”, explicó.

“Algunos evacuados se van retirando de los albergues. Mucha gente optó por quedarse en sus casas y algunos subidos a los techos. No tengo más que palabras de agradecimiento para el personal de la Municipalidad que ha trabajado a destajo; y tuvimos 15 bombas funcionando en simultáneo las 24 horas, y siguen trabajando para bajar el nivel de los reservorios”, destacó el intendente saenzpeñense.

A su entender, “esta situación nos obliga a un replanteo. Ya estamos superando la media anual con lo que ha llovido hasta ahora, y en la zona rural la situación es más grave. Es un daño incalculable. Los registros son históricos, nunca vistos, y es una masa de agua que no hay donde ponerla, con cortes de Rutas Nacionales y campos totalmente anegados”.

Párrafo aparte, el intendente tuvo expresiones para el Ejecutivo Provincial, porque “el gobernador nos visitó al día siguiente del meteoro, comprometió su ayuda”. “Pero fue algo simbólico, porque 300 bolsitas para esta emergencia es algo poco”, ironizó.

“Tenemos la cocina central trabajando en la Ferichaco, y enviamos comida a los otros lugares donde hay refugiados. Todo esto lo estamos afrontando con recursos propios de la Municipalidad, y esperamos que llegue la ayuda que prometieron”, expresó Gerardo Cipolini.

Por otra parte, se mostró esperanzado de que “no haya ningún tipo de problema sanitario. Tenemos un problema muy grande por la falta del servicio cloacal, y lo poco existente está colapsado. Estamos conviviendo con las aguas servidas en la vía pública. Eso nos genera un espacio de alarma, que ya padecimos en la década del ’80, cuando hubo una epidemia de hepatitis. Estas son parte de las obras estructurales que necesita la ciudad”, finalizó.

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