Sáenz Peña. Delia Cristina Acosta, madre de varios menores, uno con discapacidad, lloro durante una nota en LT16 al contar que se quedará sin su casa. Pide que el Gobernador o el Presidente del IPDUV la escuchen. El Instituto de Viviendas, sin hacer constatación real, hizo el trámite y le dio la escritura a quién vendió la llave hace 20 años.
La mujer, acompañada de familiares, llegó a los estudio de LT16 AM950 con una carta en la mano, para leerla. Aunque la emoción, entremezclada con la angustia y la desazón, le impidieron la lectura y la nota prosiguió como una charla cualquiera, donde dió a conocer lo que vive.
Delia contó que el primer propietario le vendió la casa a una persona y ésta a ella. En su poder sólo hay una nota del primer propietario, un policía de apellido Zacarías, donde renuncia a la vivienda ante el IPDUV, sin embargo esa nota parece que jamás existió en los archivos del Instituto donde en plena Pandemia Zacarías se ocupó, junto a un abogado de la institución, de realizar el tramite para que se le extendiera la escritura de la casa que seguía a su nombre, y con ese reclamó ante la Justicia el desalojo.
«Hace 20 años que vivo ahí, donde voy a ir con mis hijos, mis vecinos son testigos de lo que digo», dijo la mujer que señaló jamás recibió una intimación ni nada.
Delia Cristina Acosta, madre de varios menores, uno con discapacidad, pidió al Gobernador Capitanich y al presidente del IPDUV Arévalo intercedan para no quedar en la calle.
La mujer compró la llave de la vivienda en 2001, jamás se acercó al IPDUV para hacer algún trámite para cambiar la titularidad, y el IPDUV jamás constató quien vive en la vivienda por lo que cuando Zacaría fue a iniciar el trámite para escriturar lo inició sin notificar a la oficina del Instituto en Sáenz Peña, desde donde le dijeron a Acosta que no tenían idea de ese trámite y que toda acción se realizó en Resistencia.