23 abril, 2024

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El 55% del territorio argentino se encuentra bajo sequía

Buenos Aires. La escasez de lluvias que padece el territorio argentino desde hace tres años no da tregua. Graves pérdidas productivas y económicas, como consecuencia de tres años consecutivos del imperio de La Niña, un evento climático que provoca escasez de lluvias y que en los últimos meses se ha agudizado en gran parte del territorio argentino, el 55% del país padece sequía en diferentes grados.

Para la producción agropecuaria la situación es crítica. Toda la superficie de las provincias de la región central, Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe, las de mayor relevancia en cuanto a volumen de producción agroindustrial, se encuentran en condiciones de sequía.

Según el Sistema de Información Sobre Sequías para el Sur de Sudamérica (SISSA), al 5 de enero de 2023 el 54,48% del país registra sequía de diferente magnitud: un 11,57% sufre una sequía excepcional; un 7,43% una sequía extrema; un 14,39%, severa; un 22,19%, moderada, y un 8,9% está anormalmente seco.

Si se analiza por provincias, un 1,95% de Buenos Aires atraviesa una sequía excepcional; un 10, 26%, está en sequía extrema; un 18,14%, severa; un 39,94%, moderada; y un 16,43% se halla anormalmente seco. Afortunadamente, un 13,28% del área bonaerense quedó a salvo del déficit hídrico. En Córdoba sólo un 2,3% del territorio logró escapar a la sequía; un 0,46% sufre sequía extrema; 26,4%, severa; 54,24%, moderada y 17,24%, se halla anormalmente seco.

Toda la provincia de Entre Ríos está seca: un 6,9% en situación extrema; un 64,6% en sequía severa; un 29,28%, moderada; y un 0,57% se encuentra anormalmente seco. En tanto, Santa Fe también está arrasada por la sequía de punta a punta. Allí, en un 0,8% es excepcional; en un 9,3%, extrema; en un 38,54%, severa; en un 44,97% es moderada, mientras que un 7,39% está anormalmente seco.

De acuerdo a la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), hasta el momento, en la zona núcleo, el área que abarca el Sur de Santa Fe, Norte de Buenos Aires y Sudeste de Entre Ríos, ya se perdió el 40% del maíz sembrado en fecha temprana. Se trata de unas 80.000 hectáreas que dejarán pérdidas de 1.500 dólares por hectárea en campo alquilado y de 780 dólares en tierra propia.

Pasada ya la ventana, el período en el que es posible sembrar un cultivo para su óptimo desarrollo, aún queda por implantarse en 30% del área de maíz y el 20% de la de soja en la región agrícola central y todos los productores miran al cielo rogando que aparezcan los milímetros que permitan al menos reducir un poco las pérdidas.

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