Sáenz Peña. El intendente local, Gerardo Cipolini, hablo de emergencia en varios barrios y comprometió un trabajo articulado de áreas comunales durante las 24 horas del día.
Luego de los últimos 100 milímetros de lluvia caídos en la madrugada y mañana de ayer, la situación genral en la segunda ciudad se volvió complicada en algunos barrios. El municipio sabe que tiene un problema que puede agravarse y actuó en consecuencia, coordinando acciones urgentes y hasta evacuando gente. Pero uno de los dramas que más golpea a la gente, en especial la que atraviesa una situación de vulnerabilidad porque incluso tiene agua en el interior de su casa, es la inseguridad y el miedo a que al dejar la vivienda le roben todo.
Desde el Municipio el intendente personalmente coordina el trabajo que en algunos casos se realiza durante las 24 horas con algunas áreas para buscar descomprimir la situación que está poniendo en emergencia a varios barrios. Se puede ver las cuadrillas de operarios trabajando a contrarreloj, para ayudar a los más vulnerables, no solo a las familias que ya fueron evacuadas, sino también a quienes por miedo a los robos prefieren permanecer en sus casas, incluso con agua adentro. Un dato no menor es que la lluvia de ayer ya acumula un total de 1.150 milímetros en solo seis meses, cuando en otros años la medida anual no supera siquiera los 800 milímetros de lluvia.
Las acciones que fueron anunciadas en reiteradas oportunidades por el Ministerio de Seguridad Pública diligenciado por Martín Nievas no aplacaron los echos de inseguridad, los robos a plena luz del día se siguen generando, y más allá de los recorridos de los móviles policiales, la gran mayoría de patrulleros y personal «extra» que el Gobierno de Peppo trajo a Sáenz peña, restándole a otras comunidades, han vuelto a su lugar de origen y todo volvió a ser como hasta entonces. Las casas siguen siendo desvalijadas, los estudiantes asaltados y heridos en la vía pública, el miedo sigue apoderándose de la gente que sale a trabajar, y los vecinos ante la ausencia del Estado provincial, responsable constitucional insustituible en cuestiones de seguridad pública, siguen recurriendo al municipio para coordinar acciones de prevención mediante medidas de vecinalismo activo.
Tras el ataque sufrido por una estudiante, y el desvalijamiento del departamento de otro, en las últimas horas se concretó una movilización de jóvenes que convocó a alumnos del nivel universitario y terciario y que hizo notar la preocupación por lo que sucede en inmediaciones de la denominadas «zona universitaria», donde pareciera ser tierra de nadie.
César Zamacola, es un trabajador mecánico y carpintero que vive en calle calle 13 entre 30 y 32 del Barrio Ginés Benítez, se quejó ante un medio de comunicación: «Cada vez estamos más sumidos en la delincuencia y como una burla te dicen que disminuyó el delito. Los delincuentes me dejaron la casa vacía».
En otro caso Nazareno Martínez, estudiante de la carrera de Enfermería, que vive a 100 metros de la sede policial del 911, cansado de los robos se mudó a otro barrio. Asegura que «desde el primer día en que fui a vivir en el Barrio Tiro Federal me fueron a vender cosas robadas y me ofrecieron armas de fuego también, las que quiera».
Por si fuera poco hechos salvajes sucedieron durante este fin de semana involucrando a escuelas, como el caso de la histórica «Escuela de Vidrio» Nº 369 del Barrio Sarmiento y una escuela ubicada en el Barrio Solidario. Los delincuentes arrasaron con todo a su paso, destruyeron vidrios, puertas y robaron todo lo que pudieron. Para concluir su accionar, prendieron fuego a algunas aulas.
Además de todo lo ya mencionado un conocido mecánico, vecino del Barrio Nuevo, salió por 30 minutos de su casa. Al regresar, los delincuentes la habían desvalijado tras doblar por completo gruesas rejas de hierro.
Y la frutilla del postre delictivo se completa con el robo de una camilla que fue sustraída del interior del Hospital «4 de Junio», e una ambulancia, donde también robaron la batería de uno e los móviles del Servicio de Emergencias, sector donde el Gobierno kirchnerista chaqueño, con la complicidad de los gremios, ha contratado y sumado a la planta e trabajadores a gente con extenso prontuario o pasado vidrioso.
Sin embargo, el Gobierno del kirchnerista Domingo Peppo, en la persona de su ministro de Seguridad Nievas, o el mediático secretario general de la Gobernación Horacio rey, niega permanentemente la situación en la que está sumida Sáenz Peña. Pareciera que para Peppo y sus funcionarios, y muchos de sus dirigentes políticos diseminados en cargos públicos en la termal, devenidos en simple cobra sueldos, la inseguridad sigue siendo una sensación, o u problema ajeno a su gestión.