29 marzo, 2024

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Etchevehere y el «Momo», símbolos de corrupción y de Cambiemos.

Por Esteban Branco Capitanich
Una muestra de la nula repugnancia que sienten las corporaciones hacia la corrupción son estas figuras emblemáticas de la traición y la trampa construidas con precisión y esmero por personajes signados por el cinismo y el fraude. No son el «Caballo» Suarez, ni el «Pata» Medina, ambos fotocopias despintadas frente a estos gigantes de la evasión, la estafa, el robo, el lavado y cuanto otro latrocinio se pueda imaginar la más creativa de las mentes.
Los medios de comunicación celebran las detenciones de De Vido y de Boudou, como antes las del «Caballo» y el «Pata». Aunque en el caso de los dos primeros, hasta éstos voceros del saqueo intentan despegarse de la violación grosera de las leyes en que se ha incurrido para entregar mediáticamente el resultado de la prisión. Critican suavemente el desapego de la ley y las garantías constitucionales.
Solo algunos, muy pocos, se animan a cuestionar con cierta audacia a los fiscales y jueces que protagonizan estos grotescos claramente divorciados de las normas. Mientras todo el oficialismo de cambiemos celebra que ahora la Justicia es Independiente. Justicia sentada sobre centenares de causas que involucran a mandatarios de estas corporaciones gobernantes, como el presidente y el 90% del gabinete, además de propios jueces y fiscales.
Si ahora la Justicia es Independiente, a partir de diciembre de 2015, por supuesto, la pregunta es:¿Echaron a los jueces anteriores parciales y sucios, y pusieron nuevos, pulcros e independientes?
No.
Pero entonces, ¿cómo es que antes eran lo que eran, demonios, y ahora son casi la palabra de Dios?
No nos engañemos, son los mismos. Lo que cambió es el oficialismo en el Poder Ejecutivo, pasando de aquel que quizás podría haber sugerido alguna decisión en determinado sentido, a éste que imparte ordenes con el látigo de las suspensiones, destituciones, operaciones de prensa, investigaciones a sus patrimonios, que no pocos resisten, por cierto.
Es un poder judicial altamente corrupto en determinados nichos con epicentro en Comodoro Py. Y ahora se ve amenazado por otro poder altamente corrupto como lo son las corporaciones económicas, mediático, financieras que se posaron sobre el ejecutivo.
Y saben los jueces que en las guerras entre mafias ruedan cabezas sin espera de una segunda oportunidad. Por eso Lijo y Bonadío, con alto prontuario ambos, desesperan por salir de cacería dejando bien en claro que quieren una alianza, no una guerra. Y en esa alianza se ofrecen más que como soldados, como verdugos atropellando y rompiendo todas las reglas de ser necesario.
Es altamente preocupante como estas corporaciones, que ayer usaron a las fuerzas armadas para destruir la nación, hoy hayan vuelto, y sin tapujos manipulan al Poder Judicial para volver a imponer el terror y la impunidad.
Como también es preocupante que la oposición del campo popular se haya contaminado tanto de la antipolítica que lleva, por un lado a este pragmatismo casi prebendario, y por otro se reduce a una disputa absurda por devaluar liderazgos que debieran ser propios. Disputa claramente funcional al despojo en curso al evitar un frente unido y organizado en defensa de la república, la democracia y las libertades.
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